Así se recoge en un artículo con el título ‘En el parlamento español, ahora puedes hablar vasco (o catalán o gallego)’ en el que afirma que las lenguas minoritarias forman parte del «esfuerzo de la izquierda para permanecer en el poder» en España, de manera que Pedro Sánchez pueda mantenerse en La Moncloa otra legislatura más. El texto se centra en el acuerdo alcanzado por el PSOE con los partidos independentistas para permitir el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, así como en la solicitud a la Unión Europea (UE) de convertirlas en idiomas oficiales del bloque comunitario.
La petición de Sánchez a la Unión Europea forma parte de este pacto, afirma la revista, que, sin embargo, advierte de que las reglas solo «permiten que cada país proponga una lengua como oficial para los propósitos comunitarios» y apunta que ya hay 24 lenguas oficiales. Estas obligan a tener unos servicios de traducción que actualmente cuentan «con más de 2.000 empleados» y suponen «un coste anual de 350 millones de euros, un 0,2% del presupuesto total».
The Economist’ señala que en España las «luchas lingüísticas avivan pasiones intensas», ya que son un «indicador de viejos conflictos sobre el poder del centro de habla castellana versus el resto». Así, recuerda las frases del poema del autor catalán Salvador Espriu que la nueva presidenta del Congreso, a la que definen como una «defensora del federalismo», citó antes de anunciar que permitiría el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso. La revista apunta, según recoge Servimedia, que la publicación de dicho poema en 1960 fue «audaz», ya que durante la dictadura franquista «se prohibió el uso oficial de cualquier lengua que no fuera el español de Castilla».
El artículo contrasta las opiniones sobre el acuerdo, señalando que para Vox es «grotesco» al considerarlo «una recompensa a los separatistas y un apoyo a las lenguas utilizadas para dividir a España». Por el contrario, cita al diputado del BNG, Néstor Rego, quien considera que el cambio «es poderosamente simbólico». Así, ‘The Economist’ apunta que más del 90% de los gallegos hablan el idioma pero sólo la mitad lo hace con regularidad. «Quizás escuchar su idioma hablado en la elaboración de leyes podría cambiar esta situación», dice el artículo.
Sin embargo, se apunta que «todavía no está claro» cómo funcionará el cambio anunciado, ya que el Senado ya permite el uso de otras lenguas, pero «sólo en determinados procedimientos». La revista indica que Armengol consultará a todos los partidos y destaca que el PP, frente a la «dura oposición de Vox», se mantiene a la espera de los «detalles».