Y es que estamos ante la primera batalla política global de la Legislatura: Feijoo se la juega en su antiguo feudo y necesita una mayoría suficiente para gobernar, pero lo mismo le sucede a Sánchez o a su vicepresidente Diaz. Ambos necesitan derrotar a Feijoo o de lo contrario verán como su capacidad de influencia merma notablemente y sus “candidatos apuesta” han de ser amortizados en alguna parte. Y todo esto no es mas que el principio. Las apuestas políticas continuaran con nuevas elecciones, vascas, europeas, e incluso catalanas que de todo puede haber en estos tiempos políticamente tan inciertos.
Y mientras el monstruo de dos cabezas – Sánchez y Puigdemont- inmersos en una gran subasta de carácter político con la amnistía como apuesta fundamental, pero con otras muchas esquinas con incierto resultado como la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que impediría que los jueces puedan prorrogar las instrucciones y así los jueces de la Audiencia se quedarían sin posibilidades de seguir investigando a Puigdemont y sus actividades ocultas.
Lo mas curiosos de todo es que esta posibilidad, que casualidad, fue adelantada por La Vanguardia, y coincide con la retractación del fiscal del Tribunal Supremo, que primero elaboró un informe apreciando delitos de terrorismo para juzgar a Puigdemont y después lo cambió. Entre medias tuvo una reunión con el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
Así no es de extrañar que Sánchez este convencido de que la ley de Amnistía se aprobara, pero siempre después de la elecciones gallegas para no dar armas a los populares que terminen de hundir a su candidato, por mas que el CIS asegure que Rueda perderá y que habrá un gobierno de coalición progresista.