Además, ha asegurado que los términos impuestos no repercutirán en el «potencial de creación de valor» con unas sinergias estimadas de 850 millones. Esta cifra no tiene en cuenta el nuevo impuesto a la banca, dado que todavía no se ha cuantificado su «efecto negativo» y aún faltan por rematar algunos aspectos legales en la normativa. El tributo busca que su impacto sea superior cuando dos bancos se fusionen, por lo que si BBVA absorbe Sabadell es posible que afronte un desembolso más elevado. No obstante, matiza que deben tener en cuenta este factor en el calendario en aras de «minimizar» su impacto en el valor de la operación.
Según ha comentado el banquero el regulador se encuentra en fase de testeo de los compromisos propuestos por parte de la entidad y si bien «puede haber modificaciones» no prevé que sean de gran calado. En este sentido, ha enumerado algunas de las iniciativas puestas encima de la mesa como mantener el servicio de caja con el mismo horario, no abandonar municipios en los que haya menos de tres competidores o promover una cuenta para clientes vulnerables.
Por otra parte, ha quitado importancia pese al trasfondo político que encierra la mudanza de Sabadell a su ciudad de origen. Torres ha reiterado el «poco espacio» que manejan para mejorar la oferta, cuyo canje de acciones deberá ser reformulado de nuevo tras el reparto de dividendo previsto en abril de 0,41 euros. En el momento actual está estipulado en un título por cada 5,0196 del Sabadell, a la que habría que añadir 0, 29 euros por cada cinco acciones. Cabe destacar que la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha levantado el veto a las recompras de acciones, tras lo que han anunciado un plan de adquisición de títulos propios por casi 1.000 millones. De su lado, el Sabadell prepara una amortización por 6,5 millones de euros de todos los títulos comprados antes de suspender el plan que tenía previsto por casi 400 millones.
La hoja de ruta de Carlos Torres pasa por llevar a cabo la fusión una vez se ejecute el canje de acciones. No obstante, ha apuntado que la opa sigue siendo atractiva aunque no hubiera fusión. «Esperamos poder llevar a cabo el plan». Asimismo, han avanzado la puesta en marcha de un plan estratégico a cuatro años -2025-2029- si bien esperarán al transcurso de esta operación para presentar los objetivos, por lo que no será hasta la segunda parte del año cuando lo den a conocer al mercado.
BBVA quiere comprar y fusionar Banco Sabadell para maximizar el potencial de la operación, pero la integración podría acompasarse a la vigencia del nuevo impuesto fijado al sector por el Gobierno. Así lo dejó entrever el presidente del grupo vasco, Carlos Torres, este jueves durante la presentación de resultados de la entidad correspondiente a 2024, ejercicio en el que pulverizó récords con más de 10.000 millones de euros en beneficio y anunció un aumento del 27% en el dividendo, junto a un nuevo programa de recompra de acciones por valor de 993 millones.
«Efectivamente, el impuesto podría incidir en el calendario», apuntó al ser cuestionado al respecto. La nueva formulación del gravamen sustituye el tipo del 4,8% general sobre ingresos que tenía el impuestazo original por tramos progresivos en función de los ingresos de las entidades. El tipo va desde el 1 al 7%, siendo de aplicación este último en ingresos superiores a los 7.000 millones. Si absorbe Sabadell obligará a BBVA a tributar al 7% todos los ingresos del vallesano y su factura podría engordar en unos 150 millones de euros.
«Creo que está muy claro en el análisis que ha hecho la CNMC en la Fase I, que ha acotado los potenciales problemas de la operación a tres ámbitos muy concretos y nosotros hemos presentado unos compromisos inéditos para hacer frente a las preocupaciones tanto en el ámbito de competencia como también en otros ámbitos que tiene que ver con la inclusión social, que tiene que ver con la cohesión territorial», recordó.
Torres enumeró los compromisos presentados por el banco, que serán sometidos a un test de mercado durante la llamada Fase II para ver si son suficientes para paliar los riesgos observados por la CNMC en su primer análisis (Fase I). «Pero gracias a esos compromisos la expectativa que tenemos es que la operación se aprobará en las próximas semanas y se aprobará en unos términos que mantendrá el potencial de creación de valor de esta combinación», estimó.
BBVA ha planteado, entre otras medidas, no cerrar oficinas cuando no haya otra a menos de 300 metros de distancia para garantizar la inclusión financiera ni clausurar locales en códigos postales con niveles de renta per cápita inferior a los 10.000 euros, también garantizó que no abandonará municipios con menos de tres competidores y creará una cuenta para clientes vulnerables.
Con foco en el servicio a las pymes y para mantener las condiciones comerciales con ellas y con los particulares recordó que BBVA mantendrá durante tres años las condiciones comerciales a clientes en todas las localidades con menos de cuatro entidades financieras y se ha comprometido a que los precios del nuevo crédito a pymes en estas localidades no excedan de la media nacional durante ese mismo periodo de tiempo.
El banco confía en la que transacción supere la fase de Competencia con los compromisos asumidos o modulados, lo que dejaría fuera al Gobierno y su capacidad de intervenir en esta fase aunque pueda prohibir la fusión final. La CNMC dará traslado a la operación al Ministerio de Economía y si fija condiciones el departamento liderado por Cuerpo tendrá la potestad de elevarla al Consejo de Ministros «para modificarla».
«Si se aprueba sin condiciones, no existe esa fase, lo que indica que lo que puede hacer el Gobierno no es poner condiciones donde no las hay, porque eso no lo puede hacer», remarcó, apuntando que al Consejo de Ministros solo ha llegado una operación de fusión, la de Antena 3 con La Sexta, y «suavizó las condiciones que había impuesto Competencia por razones distintas de competencia».
El banquero, que descartó dimitir si la opa fracasa, rechazó una mejora del precio pese a que el canje accionarial ha entrado en terreno negativo y da mayor valor a Sabadell frente a la oferta sobre la mesa. Torres recordó que la oferta incorporaba una prima del 30% en su formulación y dejó claro desde el inicio que era la propuesta definitiva en la carta enviada al consejo de administración de Sabadell antes de que la valorasen -la rechazó por juzgar que infravaloraba a la entidad vallesana-.
«Creo que ahí está bien argumentado las razones por las que no queda espacio» para una mejora, expuso y detalló que los propios accionistas de BBVA eran de esta opinión. Rebatió el argumento de que el descuadre del canje accionarial obedezca a que se juzgue insuficiente argumentando que el desempeño de Sabadell «está soportado» en el canje. «Es muy clara la correlación entre las dos acciones, lo que también abunda en las razones por las que no hay que subir la oferta, no hay que tocar la oferta», añadió, atribuyendo los descuadres en negativo a «temas más de trading, de mercado, de corto plazo».
En otro orden de cosas, la posición de BBVA en Telefónica permanecerá estable tras el relevo en la presidencia de la teleco. Torres expuso que, tras «un liderazgo exitoso por parte de Álvarez-Pallete», de prácticamente una década, «surgió interés en el grupo de accionistas» de «pasar a una nueva etapa para dinamizar el valor» y se impulso su relevo por parte de Murtra.»Creemos que hay valor potencial y hay recorrido en la acción de Telefónica», apuntó de un lado en favor de mantener la cuota accionarial. Al ser cuestionado sobre la pasividad de que ceda el sillón de BBVA en el consejo agregó que «no se prevén mayores cambios».