Pérez Rey ha explicado que mañana mismo comenzará la consulta pública del anteproyecto que dará forma legal a la reducción de la jornada desde las 40 horas semanales a las 37,5 horas en 2025. «Ésta es la última mesa», ha afirmado Pérez Rey, que ha recordado que han estado once meses negociando con todas las partes y que ahora se centrarán en sacar un acuerdo con los sindicatos que espera sea «inminente». «La patronal se queda sola (…) Nadie tiene capacidad de veto alguno», ha criticado.
Pérez Rey ha mostrado su «perplejidad» porque once meses después de que comenzara esta negociación, CEOE y Cepyme se sienten en la mesa a decir que la reducción de jornada solo se puede hacer por negociación colectiva. «Eso es incierto», ha dicho el secretario de Estado, porque la jornada laboral está en el Estatuto de los Trabajadores y solo se puede cambiar con su modificación.
Ha denunciado que los empresarios han acudido a las reuniones «sin un solo papel encima de la mesa, sin ninguna contrapropuesta», algo que ha considerado que solo se puede calificar como «tomadura de pelo». Ha explicado que han hablado de posibilidades para la distribución del tiempo de trabajo, de cómo articular el control horario «para que fuera eficaz y se adaptara a las singularidades de cada sector», del derecho a la desconexión digital, y de estímulos a la contratación y ayudas directas por la reducción de jornada.
«Vamos a llevar a cabo la reducción de jornada laboral tratando de alcanzar un acuerdo con CCOO y UGT en los próximos días», ha explicado Pérez Rey, que espera que ese acuerdo con los sindicatos sea «inminente». Pérez Rey ha añadido que, en paralelo, el Ministerio de Trabajo llevará a cabo con carácter de urgencia todos los trámites normativos y la consulta a órganos consultivos e informes vinculantes, al tiempo que ha comenzado ya los contactos con las fuerzas políticas para buscar los apoyos para su aprobación.
Tras la reunión, el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, ha asegurado tener «un sabor agridulce», ya que la norma para reducir la jornada seguirá adelante pero sin el acuerdo de los empresarios y tras haber perdido el tiempo todo el año. Para UGT, el sentido del texto en general «cumple con sus objetivos», si bien ahora tratarán de que se incorpore un endurecimiento de las sanciones por incumplimiento de la jornada, así como un incremento del 25 % del coste de las horas extraordinarias. «A nosotros no nos corresponde negociar ninguna medida destinada a las empresas. Son ellas las destinatarias de estas medidas y las que deben de valorarlo. (…) No estando la patronal, no son medidas que a nosotros nos corresponda negociar», ha dicho Luján.
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El secretario confederal de Estudios y Formación Sindical de CCOO, Carlos Gutiérrez, ha lamentado que sea un «punto final» sin la patronal. «Creíamos en la necesidad del acuerdo tripartito», ha añadido Gutiérrez que ha confiado en poder cerrar pronto un pacto con Trabajo.
La CEOE venía señalando desde hace meses su rechazo a pactar la reducción de jornada por ley, una postura que el comité ejecutivo extraordinario reafirmó por unanimidad este mes.La patronal insiste en que modificar por ley cuestiones que son materia propia de los convenios colectivos, como la reducción de jornada, «supone una intromisión en la autonomía de la negociación colectiva».