El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de la Audiencia de Huesca que ratifica la propiedad aragonesa de las valiosas pinturas murales de Sijena, consideradas una de las joyas del románico español. La sentencia de la Sala de lo Civil obliga al MNAC a restituir a la sala capitular del Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca) las pinturas murales de allí extraídas en 1936.
La cuestión, que debería circunscribirse únicamente en aspectos técnicos y legales, adquirió cariz político cuando el nacionalismo catalán convirtió la cuestión en un asunto identitario.
Los partidos independentistas y nacionalistas catalanes, además de los socialistas-catalanistas del PSC, hicieron bandera de la cuestión, le dieron la vuelta al caso y acusaron a Aragón de querer expoliar a Cataluña. En ese sentido, los argumentos de los diferentes gobiernos catalanes para defender la presencia de las pinturas en Barcelona contradecían los mismos argumentos que esgrimieron, en su día, para trocear el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca (hoy rebautizado como Centro Documental de la Memoria Histórica) y enviar parte de los fondos a Cataluña.
En la paulatina devolución de las piezas procedentes de Sijena expoliadas durante la Guerra Civil y enviadas a Cataluña, el Monasterio está experimentando un nuevo renacer como foco espiritual y cultural de Aragón.
En este momento, el Monasterio acoge una exposición donde se muestra gran parte de los tesoros artísticos expoliados del Monasterio.