Los agentes –que están contando con el apoyo de los funcionarios especializados en Cibercrimen– señalaron al magistrado la necesidad de pedir a la compañía ayuda para el proceso de recuperación de mensajes, si bien en el último informe avanzan que ya han extraído detalles del terminal del acusado de revelación de secretos. Este martes, declaran en el Tribunal Supremo los jefes de prensa de la Fiscalía General y de la Fiscalía de Madrid.
El oficio del Instituto Armado tiene fecha del viernes pasado, es decir, casi dos semanas después de que el instructor del alto tribunal, Ángel Hurtado, solicitara que se tratase de recuperar los mensajes del teléfono móvil de García Ortiz quien ha reconocido que cambió de terminal y los borró, de acuerdo a un protocolo de seguridad que se sigue en el Ministerio Público.
Los agentes llevan, por tanto, días trabajando para extraer toda la información posible del móvil no sólo del Whatsapp sino de cualquier otra aplicación, ya que el supuesto delito de revelación de secretos pudo haberse cometido por cualquier vía. Hurtado sospecha que fue el jefe de la Fiscalía el que filtró los correos internos entre el fiscal que investigaba al novio de Isabel Díaz Ayuso y el abogado de Alberto González Amador (pareja de la presidenta).
La recuperación de conversaciones o mensajes borrados depende, entre otros factores, del funcionamiento propio de la aplicación o del tipo de almacenamiento utilizado por la misma, dicen los agentes. También puede afectar el tiempo transcurrido desde el borrado de los mensajes o la existencia de copias de información que se hayan hecho. La UCO quiere ir un paso más allá y tener «acceso íntegro al conjunto de datos contenidos en el dispositivo», es decir, no sólo a los mensajes, sino al reverso de todos esos códigos que se almacenan en los teléfonos. Para ello, ven necesario «localizar el número exacto de aplicaciones de mensajería instantáneas» que García Ortiz tenía instaladas en el dispositivo y, tras este paso, deberán valorar individualmente las opciones de recuperación que hay para cada aplicación.
Los agentes explican que están llevando a cabo labores muy técnicas y para ello están contando con el apoyo de personal especializado de la UCO dependiente al departamento contra el Cibercrimen. «En el caso de la aplicación de mensajería Whatsapp», reza el informe, «se ha extraído en las presentes actuaciones información que se considera de interés para el esclarecimiento de los hechos». No detallan, sin embargo, cuál exactamente, pero piden al juez que para avanzar solicite a la empresa los datos sobre García Ortiz, almacenados localmente, «pudiendo realizar un proceso de recuperación de mensajes borrados mediante el uso de software informático forense».
La Guardia Civil aclara que la aplicación tiene definidos dos tipos de copia de seguridad en función de dónde se almacenen, una local y otra virtual, así que tal vez sea posible tener acceso también a estos detalles. Las de nivel local son realizadas de forma automática por la aplicación y alojadas en el almacenamiento del móvil; mientras que las virtuales se realizan a través de la cuenta de Google asociadas al dispositivo. Por todo lo expuesto, Hurtado ha enviado sendas peticiones a las empresas: una a Whatsapp y otra a Google para que aporten todo lo posible sobre las cuentas de García Ortiz. Fuentes jurídicas advierten, eso sí, de la dificultad de que estas compañías, cuyas sedes están fuera de España, lleguen a colaborar judicialmente con datos de sus clientes.
A su vez, el juez ha dado luz verde para que la UCO acceda a los repositorios de información donde pudieran encontrarse archivos dentro del móvil.