Las cuentas pactadas este sábado suponen un incremento del 1,78% respecto a las de este año e incluye fondos para ayudar a los países que se enfrentan catástrofes naturales. Los presupuestos detallan también 149.615,7 millones de euros en pagos, según un comunicado difundido por el Consejo de la Unión Europea. Este año, se han mantenido disponibles 800,5 millones de euros para reaccionar ante improvistos dentro de los límites de gasto del marco financiero para el periodo entre 2021 y 2027. Incluyendo esta cifra de instrumentos especiales fuera del marco financiero plurianual, la suma total del presupuesto para el año 2025 se queda en unos 199.438,4 millones de euros en compromisos totales , así como en 155.209,3 millones de euros en pagos totales.
Como parte del presupuesto del año próximo, los negociadores acordaron adelantar créditos de pago por un valor de hasta 3.000 millones de euros para prestar apoyo a las regiones europeas afectadas por catástrofes naturales.
De esta manera, una vez que se confirme la base jurídica, los Estados miembros podrán utilizar hasta el 10% de los fondos existentes de la política de cohesión para prevenir y recuperarse de tales catástrofes, siempre que presenten un programa modificado a la Comisión, señaló por su parte la Eurocámara en otro comunicado. La Comisión Europea propuso en julio un presupuesto para 2025 que contemplaba 199.700 millones de euros en compromisos (los recursos que se pueden asignar a programas), equivalente al 1,08% de la renta nacional bruta de la UE, y 152.700 millones de euros en pagos (el dinero realmente desembolsado).
Los Estados miembros propusieron en septiembre reducir estas cifras en 1.520 millones de euros y 876 millones, respectivamente mientras que el Parlamento Europeo reclamaba elevar el nivel global de compromisos a 201.000 millones de euros y los pagos a 153.300 millones, por encima de la propuesta de Bruselas. La Eurocámara se quejó de que los límites máximos siguen siendo muy bajos y expresó su preocupación por los «sobrecostes» de los intereses del fondo de recuperación Next Generation, que ascienden a unos 2.600 millones de euros, el «doble» de las previsiones iniciales de la Comisión.
El Consejo, por su parte, llamó a centrarse en las grandes prioridades comunitarias a la hora de distribuir los fondos, criticó el uso excesivo del instrumento de flexibilidad – destinado a afrontar imprevistos – e insistió en no aumentar la carga para los Estados miembros en un momento en el que muchos tienen escaso margen fiscal, según trasladó el secretario de Estado de Finanzas húngaro, Peter Banai, cuyo país ostenta la presidencia del Consejo.
Finalmente, el presupuesto acordado este sábado es «equilibrado» y «prudente», al dejar «suficiente margen financiero para responder a circunstancias imprevistas», dijo Banai.
El presidente de la Comisión de Presupuestos, el belga Johan Van Overtveldt, uno de los negociadores por parte de la Eurocámara, destacó que el pacto «demuestra la capacidad de la UE para actuar y adaptarse en estos tiempos de incertidumbre», como las guerras en Ucrania y Oriente Medio, las presiones migratorias, los desastres naturales o las presiones sobre la competitividad económica.
El Parlamento Europeo y el Consejo disponen ahora de catorce días para aprobar formalmente el acuerdo alcanzado. Se espera que el Consejo lo refrende el 25 de noviembre y que el Parlamento lo vote en su sesión plenaria prevista para el 27 de noviembre en Estrasburgo (Francia).