nmediatamente, la Unión Europea ha respondido anunciando que impondrá contramedidas arancelarias sobre productos estadounidenses por un valor de 26.000 millones de euros a partir de abril. Las contramedidas están diseñadas para “proteger a las empresas, trabajadores y consumidores europeos del impacto de estas restricciones comerciales injustificadas”, señaló la Comisión Europea en un comunicado.
De esta manera, la UE restablecerá los aranceles previamente suspendidos sobre 8.000 millones de euros en exportaciones estadounidenses y aplicará una serie de nuevas contramedidas sobre 18.000 millones de euros en productos, en una medida que la presidenta de l
Trump dijo este martes que su administración iba a elevar al 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Canadá en respuesta a la decisión de Ontario de imponer un impuesto a la electricidad enviada a Estados Unidos. Tras esto, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, comunicó la suspensión de la tarifa anunciada y dijo que estaban negociando para recalibrar la relación comercial entre ambos países. Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank, se refiere a lo que ocurrió ayer entre EEUU y Canadá con un tono muy crítico.»Funcionarios estadounidenses y canadienses han pasado las últimas horas imponiéndose aranceles mutuamente, solo para luego revertirlos, lo que añade aún más absurdo a la situación arancelaria. El problema es que esta farsa de los aranceles tiene consecuencias inmediatas, lo que afecta el sentimiento de los inversores y presiona la valoración de los mercados».
Añade Ozkardeskaya que los fabricantes estadounidenses ya están pagando significativamente más por el aluminio, el acero y el cobre que sus competidores en el extranjero, ya que se han apresurado a acumular existencias antes de que los aranceles entraran en vigor, algo que ha sucedido finalmente hoy. «La creciente brecha entre los precios de las materias primas pagados por los estadounidenses en comparación con sus pares europeos y asiáticos está haciendo que los fabricantes estadounidenses sean menos competitivos en costes, lo que afecta la confianza empresarial y alimenta la inflación incluso antes de que los aranceles sean impuestos. Además, la expectativa de márgenes de ganancia reducidos debido al aumento de los precios de las materias primas está afectando la valoración del mercado».
Como consecuencia, «la volatilidad del mercado está aumentando a medida que la incertidumbre crece día a día. Cualquier repunte del mercado podría no ser sostenible a menos que haya una forma de estabilidad en la Casa Blanca, algo que no parece estar en la agenda del día. La mayor volatilidad probablemente convencerá a más inversores de abandonar sus posiciones alcistas. Dado el alto posicionamiento en activos estadounidenses, podríamos ver una prolongación de la venta masiva».