El desempleo se sitúa en un mínimo histórico del 6,3%, mientras las empresas siguen contratando, lo que resulta desconcertante para algunos, ya que la economía del bloque se ha estancado durante el último año y los precedentes históricos sugerirían una creciente debilidad del mercado laboral en este entorno.
Según el BCE, el empleo suele crecer a un ritmo equivalente a la mitad del crecimiento del PIB real, pero desde 2022 ha superado al crecimiento del PIB. «El comportamiento del mercado laboral de la zona del euro ha sido excepcional en comparación con los cambios en la producción», dijo el BCE en un artículo del Boletín Económico. «El aumento de los márgenes de beneficio permitió a las empresas retener a sus trabajadores durante más tiempo de lo habitual, a pesar de la caída de los ingresos».
No obstante, ahora los salarios reales están subiendo y recuperando las tendencias históricas, mientras que los precios de la energía, un insumo clave en los costes, se están estabilizando, reduciendo la desconexión entre producción y empleo.
La acumulación de mano de obra alcanzó su punto máximo en el tercer trimestre de 2022 y la capacidad o la voluntad de las empresas de retener a sus trabajadores está disminuyendo lentamente, según el BCE.
«Se espera que el mercado laboral de la zona euro vuelva a acercarse a su correlación histórica con la producción», dijo el BCE. Sin embargo, el BCE afirma que tampoco se prevé una debilidad drástica. Algunos responsables de política monetaria han temido una rápida erosión del mercado laboral, que podría reducir las rentas disponibles, debilitar la demanda y hacer bajar la inflación mucho más de lo que prevé ahora el banco.
Sin embargo, el estudio del BCE no parece respaldar esos temores. «Se espera que la tasa de desempleo se mantenga baja en los próximos trimestres», afirma. «En general, los datos de las encuestas sugieren un mercado laboral relativamente estable de cara al futuro».