No obstante, la subyacente, que excluye el efecto de los precios de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco por ser los más volátiles, se desaceleró del 5,7% al 5,6%. Supone la primera caída desde junio del año pasado.
La inflación se ha desacelerado bruscamente desde las lecturas de dos dígitos a fines del año pasado, pero sigue siendo demasiado alta, lo que hace que sea necesario otro aumento de tasas. Los responsables del BCE siguen divididos entre un repunte de 25 o 50 puntos básicos. En cualquier caso, es una buena noticia que la inflación de los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco también haya caído hasta el 14,7%, un punto porcentual completo, lo que sugiere que finalmente puede haber una caída en el precio de los alimentos.
La pequeña sorpresa de la inflación subyacente se produce cuando la encuesta trimestral de préstamos bancarios del BCE señaló una caída excepcionalmente grande en la demanda de crédito en medio de criterios crediticios más estrictos. El BCE ha elevado las tasas de interés en al menos 50 puntos básicos en cada una de sus últimas seis reuniones, pero se espera que con estas dos noticias moderen la subida. Algunos políticos, incluido el jefe del banco central francés, Villeroy de Galhau, han defendido una medida más mesurada este mes, argumentando que el BCE ya elevó los tipos lo suficiente para desacelerar la economía. Pero otros, incluida la miembro de la junta Isabel Schnabel, han dicho que un movimiento de 50 puntos básicos debe permanecer entre las opciones porque el crecimiento de los precios está resultando rígido, lo que aumenta el riesgo de que se estabilice por encima del objetivo del 2% del BCE.
Casi todos los 26 miembros del Consejo de Gobierno parecen estar de acuerdo en que se requiere un mayor endurecimiento de las políticas después de un récord de 350 puntos básicos de aumentos de tasas desde julio. Una preocupación clave es que el crecimiento de los salarios ahora se está acelerando por encima de las expectativas y esto aumentará el costo de los servicios, el apartado más grande en la canasta de precios al consumidor.
La inflación de los servicios se aceleró al 5,2% desde el 5,1%, pero el crecimiento de los precios de los bienes industriales no energéticos, otro segmento crucial, se desaceleró al 6,2% desde el 6,6%. Los inversores prevén que el tipo de depósito del 3% del BCE suba a alrededor del 3,75% a finales del verano, aunque las expectativas sobre los tipos han sido volátiles en los últimos meses, moviéndose en un amplio rango desde las turbulencias de los mercados financieros de marzo.
En España, la tasa de inflación subió siete décimas en abril, hasta el 3,8%, según la estimación de Eurostat, que sitúa la tasa española tres décimas por debajo del 4,1 % anunciado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la semana pasada.