Al mismo tiempo que se avanza en el desmantelamiento, Endesa impulsa y apuesta por nuevos proyectos industriales que permitan crear nuevas oportunidades para el futuro, atraer inversión y dinamizar la economía local.
Desde que dieran inicio los trabajos de desmantelamiento a finales de 2021, se ha utilizado la voladura como forma más segura y eficiente para demoler las calderas, la desnitrificadora o la chimenea y ahora la nave de tolvas, una estructura con una geometría muy particular que servía para almacenar el carbón.
En el edificio de la nave de tolvas se albergaban los depósitos en forma de embudo donde llegaba el carbón procedente del parque de almacenamiento de la central y se dosificaba para el funcionamiento de los grupos térmicos. Su longitud de 180 metros, casi como la longitud de dos campos de fútbol, y su altura de 57 metros, como un edificio de 19 plantas, junto a lo estrecho de anchura, apenas 21 metros, hace que la demolición de esta estructura completamente metálica que se apoyaba sobre 60 pilares haya sido un nuevo reto técnico.
Por este motivo en la voladura de esta estructura de 12.200 toneladas de peso se han empleado 550 kilos de dinamita que se han repartido a lo largo de 140 cargas. Para activar esta carga explosiva se han utilizado 316 detonadores conectados a través de un único cordón de 100 metros de largo. La estructura ha caído de forma limpia hacia un lateral y ahora, las 7.500 toneladas de residuos metálicos que se han generado se retirarán de forma progresiva, valorizándolos por encima del 90%. Esta gestión se enmarca en el compromiso de Endesa con la economía circular, que ha permitido alcanzar el objetivo de residuo cero en el desmantelamiento, como ya ocurrió con las más de 100.000 toneladas tratadas hasta septiembre.
Precisamente una de las claves de este residuo cero es la donación de elementos que pueden tener una segunda vida a diferentes entidades públicas y privadas de Almería y de toda España. En total se han donado más de 6.000 artículos que ahora mismo están viviendo una segunda vida fuera de la que fue su casa durante 40 años.
Ahora queda el desmantelamiento mecánico de la nave de tolvas y del parque de carbón, así como el desmontaje de pequeños elementos situados en zonas periféricas de la central, el picado y la nivelación de los suelos para que en estos terrenos se puedan desarrollar nuevas actividades.
El desmantelamiento de la central térmica Litoral lo está llevando a cabo un equipo de profesionales especializados en estos trabajos. Endesa se ha apoyado en la UTE Lecalde, formada por la empresa almeriense Caldererías Indálicas y la empresa vizcaína Lezama Demoliciones, especialista en desmantelamientos industriales, para llevar a cabo estos trabajos que en los momentos pico han llegado a ser más de 180 personas.
