Vito es un personaje único, pero al que todos tenemos en mente: un napolitano de libro, de los de cordón de oro, camiseta blanca y mandil con manchas de tomate, que nos abre las puertas de su casa y nos invita a sentarnos a la mesa. Cocina la mamma, por supuesto; los domingos, lo hace la nonna, como en toda famiglia italiana que se precie. Sobre los manteles de cuadritos blancos y rojos, cocina casera sencilla: pastas clásicas (las reinas son los espaguetis con albóndigas y tomate, su especialidad, y los negros con sepia, rape, chipirones y gambones), servidas en las típicas vajillas de acero esmaltado blanco y azul, y pizzas de masa fina (margarita, cuatro quesos, de mortadela –emblema de la casa–, diábola, con boloñesa y albahaca fresca…). Además, ensalada César, vitello tonnato, focaccia de verduras… Todo muy para compartir y muy instagrameable: al llegar el comensal tiene un babero que permite hacerse una foto al más puro estilo La dama y el vagabundo y subirla a las redes sociales. Para terminar, tiramisú o tarta de queso con un toque ahumado.
Casa Vito está inspirado en la estética de ciertos restaurantes italoamericanos como los de la mítica cadena estadounidense Buca di Beppo, con fotos en blanco y negro en las paredes –en ellas sale el bueno de Vito con actores, cantantes y otras celebrities– y mesas divertidas perfectas para grupos. Con capacidad para unos 100 comensales, está repartido en dos pisos, con varios ambientes, como una casa: su cocina con mesas, su salón con biblioteca… Hay detalles como el caballo de tiovivo antiguo, la lámpara de araña y los papeles de pared que enamorarán a más de uno. Además, cuenta con una terraza cerrada a pie de calle, con ocho mesas más. Uno de sus mejores momentos en Casa Vito es el #vitardeo: la cita es los sábados después de comer, cuando la sobremesa se alarga con una copa (Spritz, Bellini, Mimosa, Negroni, vermú Petroni, cócteles…) y música en directo.
La música y la fiesta son uno de los pilares del carácter mediterráneo y de Casa Vito, un restaurante con diner show donde se sabe cómo empieza la noche, pero no cómo termina. Desde las 21 horas, hay música en directo, que va cambiando cada semana –hay que estar atento a sus redes sociales para conocer la programación–. Es ya un éxito el piano-bar del piso de arriba, cuando anochece y “se baja la persiana”. Un micro va pasando de mesa en mesa para que la gente se arranque a cantar mientras se cena y se empieza con las primeras copas de la noche. Por si acaso se acaba el mundo…
Casa Vito
Juan Bravo, 45. Madrid
91 117 55 00
Horario: De 13:30 a 16:00 h y de 20:30 a 23:30 h (local abierto hasta las 2.00 h).