En ese contexto y ambiente es explicable que sus ministros no sepan como comportarse y la primera en experimentar ese vacío ha sido, claro esta, la propia ministra portavoz en su primera comparecencia que asume que entre los poderes del Estado tiene que haber un «respeto bidireccional» y rechaza que haya existido ‘lawfare’
Pero no ha quedado hay la cosa. Alegría, ha admitido que una amnistía para el proceso independentista catalán «seguramente no estaba» en sus planes, pero los resultados de las elecciones generales no les dieron mayoría absoluta y tuvieron que recoger planteamientos de otros partidos, argumentando, además, que el 23 de julio los ciudadanos fueron «muy claros» en las urnas y presentaron dos opciones: o gobernaba «la derecha con la ultraderecha» o continuaba el Gobierno «de progreso».
YU sus argumentos son sencillos cuando un partido político gana con mayoría absoluta puede aplicar su programa electoral «entero», pero que cuando no se da el caso «tienes que recoger en tu proyecto los distintos planteamientos que te hagan otras fuerzas parlamentarias».
Y ya metidos en lios ha defendido que la proposición de ley registrada por el PSOE es «absolutamente constitucional», al tiempo que ha reivindicado que los indultos a los líderes del ‘procés’ fueron muy discutidos pero los resultados fueron «indiscutibles» para «desinflar el conflicto».
Por si acaso a alguien ese le ocurre que esto tiene solución la señora ministro ha urgido al PP a que renueve el CGPJ, a que «salga de esa posición de radicalidad y vuelva al camino de la constitucionalidad». Y ha calificado de ocurrencia que el PP llevara a la Eurocámara el debate sobre la amnistía, porque a quien corresponde es al Congreso español.
«No hay que perder las ganas ni el interés de poder hacer posible un entendimiento con la oposición. Y el presidente del Gobierno no me cabe ninguna duda que lo va a intentar» y eso lo dice una señora que conoce al presidente y que sabe qué no hay posibilidad de acuerdo alguno porque Sánchez solo entiende la frase bíblica de “el que no está con migo esta contra mí y de ahí no hay quien lo mueva, porque el no es no, y el si es si.