Todo empezó con juna cara a cara entre Abascal y Sánchez que termino por aburrir a todos, incluido el candidato Tamames, que tubo que esperar casi dos horas para iniciar su discurso. Una pieza tediosa por el tono de voz del profesor que hablo de los socios independentistas de Sánchez, la unidad de España, la colonización de las instituciones, la corrupción del PSOE, el paro juvenil, el mal uso de los fondos europeos, la ley del ‘solo sí es sí’, la criminalización de las empresas y la falta de consensos entre la clase política.
Tras él, tomo la palabra Sánchez y lo primero que hizo fue recriminar a Tamames que se haya prestado a esta moción de censura y a «blanquear» a Vox. «No creo que ésta haya sido la mejor idea que ha tenido en su vida», le dijo. «Quienes impulsan su moción de censura son los sucesores de Blas Piñar».
A partir de ahí la perorata del presidente adormeció al personal y provoco las protestas del propio Tamames El líder del Ejecutivo llevaba su réplica a Tamames escrita y bien medida, puesto que jugaba con la ventaja de conocer su discurso de antemano.
Transcurridos 35 minutos de intervención de Sánchez, el candidato mostro su impaciencia y se quejó del «tocho de 20 folios» que llevaba el presidente del Gobierno. La presidenta de la Cámara le llamó la atención por interrumpir al presidente. Acabaría siendo una hora y 25 minutos de réplica la del socialista.
Y es que Sánchez opto por apabullar al candidato con una retahíla
de números, de datos, incluyendo, la criminalidad en España y las camas hospitalarias. El debate, por tanto, había quedado anestesiado, muerto e inutilizado Nada más tomar la palabra, Tamames le reprochó que se hubiera alargado tanto y afirmó con toda la sorna: «Pienso que este debate será útil, porque tienen que cambiar el Reglamento de la Cámara y poner tiempos», lo que provocó carcajadas en el hemiciclo.
Todo lo demás, las denuncias varias del candidato del caos en el que nos ha sumido Sánchez, etc quedara en el olvido