Y es que la historia, a veces juega malas pasadas y permite que los defenestrados se conviertan nuevamente en amigos inseparables, pero la realidad es que en estos momentos la Legislatura dependen de lo que decidan votar los cuatro diputados que Podemos conserva en la cámara baja y que este jueves tendrán que votar a favor o en contra de la reforma fiscal que Montero nos ha querido colar de tapadillo y que ha salido a la luz con una fuerza insospechada por las consecuencias catastróficas que su no aprobación y el consiguiente frenazo a los PGE, lo que complicaría hasta el infinito la gestión de gobierno.
Así que sin respiro y ya desde la mañanita del miércoles Montero y sus muchachos andan por las esquinas del Congreso tratando de salvar la reforma fiscal o al menos, la tributación mínima del 15% para grandes grupos y multinacionales comprometida con Bruselas y ligada al desembolso del quinto pago de los fondos europeos.
Todo lo teóricamente acordado en la noche del lunes en la Comisión de Hacienda con EH Bildu, ERC y BNG no tendrá validez si Podemos vota en su contra el jueves. Así que los socialistas no tienen mas remedio que convencer a Podemos y a sus cuatro representantes en la Cámara Baja y por lo menos se abstengan en la votación de este jueves en el pleno, lo que permitiría que la norma saliera adelante al contar con el resto de apoyos del bloque de investidura.
De momento, los poemitas insisten en que quieren su impuesto a las energéticas mientras que los de Junts no se apean de todo lo contrario el no al impuesto. La negociación es casi imposible, pero el Gobierno juega con la baza de que solo con ellos es posible un gobierno de izquierdas progresista y que todo se conseguirá pero cuando haya presupuestos y se pueda gobernar.
Conforme se acerque la votación las posturas se irán acercando, los unos cerrando los puños y aguantando y los otros diciendo que si a todo lo que les pidan.
Finalmente, la única verdad duradera en toda esta calamitosa historia es que las izquierdas necesitan a Pedro en La Moncloa si quieren seguir viviendo de la teta del Estado y disfrutar de las bondades del poder. Y Pedro esta dispuesto a dar lo que le pidan con tal de seguir durmiendo en su famoso y lustros colchón.