La operación se produce tras la obtención de todas las autorizaciones necesarias por parte de las autoridades regulatorias europeas y estadounidenses, así como del Bundeskartellamt (la Oficina Federal de Cárteles alemana). Según comunicó UniCredit el martes por la noche, la participación se incrementó mediante la conversión de derivados previamente adquiridos en acciones ordinarias. Además, la entidad italiana mantiene acceso a otro 9 % del capital a través de derivados, que prevé transformar en acciones “a su debido tiempo”.
Este movimiento estratégico supone un nuevo capítulo en el pulso que UniCredit mantiene con el Gobierno alemán y la dirección de Commerzbank, que se han manifestado contrarios a una venta o fusión. El consejero delegado de UniCredit, Orcel, ha defendido reiteradamente que la integración de Commerzbank con HypoVereinsbank (la filial muniquesa de UniCredit) aportaría beneficios económicos, sociales y políticos.
Por su parte, Commerzbank criticó la maniobra al considerar que no ha sido consensuada y la calificó de intento de adquisición hostil. “Este paso nuevamente no ha sido coordinado con Commerzbank”, indicó el banco en un comunicado oficial. “El ajuste de la posición de UniCredit no afecta nuestra estrategia ni nuestras ambiciones, que se basan en la independencia”.
El sindicato Ver.di también expresó su rechazo a la operación y advirtió de posibles consecuencias negativas sobre el empleo y la autonomía de la entidad: “La actuación reiterada y no coordinada de Andrea Orcel confirma nuestros temores: esto es una actividad de adquisición hostil, no un gesto de confianza.”
Por ahora, el Ministerio de Finanzas alemán ha declinado hacer comentarios sobre el impacto de este nuevo aumento de participación. Mientras tanto, los analistas prevén que la presión sobre Commerzbank aumente en los próximos meses ante la posibilidad de una integración con UniCredit.