El sindicato USO alerta sobre la persistencia de la precariedad laboral y la brecha de género, a pesar del descenso del paro en febrero. El número de desempleados se redujo en 5.994 personas respecto a enero (-0,23%), situándose en 2.593.449, la cifra más baja para un mes de febrero en 17 años. Sin embargo, las mujeres continúan representando el 60,27 % del total de personas desempleadas, evidenciando una desigualdad estructural. También, el paro juvenil aumentó en 6.522 personas (3,46%), con un mayor impacto entre las mujeres (3,82%). Según García, secretaria de Acción Sindical y Empleo de USO, “el descenso del paro en febrero es positivo, pero no podemos ignorar las debilidades estructurales del mercado laboral español. La contratación indefinida retrocede un 7,98% y los sectores feminizados siguen concentrando el empleo más precario. La brecha de género en el desempleo y la calidad del empleo es inaceptable.”
Recuperación del empleo pero sin estabilidad ni calidad
Aunque la afiliación a la Seguridad Social superó los 21,4 millones de ocupados, USO advierte que estos datos no garantizan la calidad del empleo. En febrero, de los cerca de 1,1 millones de contratos firmados, el 56,15% fueron temporales y 130.398 contratos fueron fijos discontinuos, predominantes en sectores como hostelería y comercio, aunque disminuyendo un 9,57%. El 28,04% del total de contratos fueron a tiempo parcial, de los que el 60% fueron temporales.
El sindicato USO insiste en la necesidad de implementar medidas estructurales que prioricen la estabilidad y la igualdad. “Hay que reforzar el control sobre el abuso de la temporalidad, los contratos fijos discontinuos y la utilización del contrato indefinido como falso temporal. También, diseñar planes de empleo con enfoque de género que promuevan la incorporación de mujeres a sectores emergentes y de alto valor, junto con el impulso de medidas que garanticen la corresponsabilidad. Sin olvidar tampoco a los jóvenes, con programas específicos de empleo que reduzcan su vulnerabilidad ante la precariedad y el desempleo. No basta con celebrar el descenso del paro si éste no se traduce en mejoras reales para las trabajadoras y trabajadores”, concluye García.