Sin embargo, para muchas familias, costear las vacaciones se ha convertido en todo un reto económico. Auténtica ingeniería financiera. La combinación de precios disparados en alojamientos y transporte, sueldos que no suben al mismo ritmo, y una inflación que sigue haciendo mella en los bolsillos, está llevando a miles de españoles a optar por fórmulas de financiación para irse de vacaciones.
El veraneo, a crédito: cada vez más familias recurren a préstamos
Tres de cada diez personas se plantean pedir algún tipo de préstamo personal para cubrir los gastos de su escapada estival, una cifra que ha crecido notablemente en los últimos años. De hecho, ya es el segundo motivo más frecuente para solicitar un crédito al consumo, solo por detrás de la compra de un vehículo, y por encima incluso de sufragar estudios o acometer reformas en el hogar.
El gasto medio previsto por familia para estas vacaciones supera los 2.000 euros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Alojamiento, transporte, restauración y actividades de ocio suponen una factura difícil de asumir de golpe para muchos hogares. Y, ante la falta de ahorro suficiente, algunos optan por soluciones de financiación que pueden aliviar el momento… pero agravar el panorama en septiembre.
Desde la plataforma financiera Fintonic advierten que «hay que ser conscientes y tener cuidado con endeudarse por encima de nuestras posibilidades». Su responsable de operaciones, Sofía Pasqual del Riquelme, cuenta que el verano ya empieza para muchos en mayo: «las dos últimas semanas del mes, la solicitud de préstamos para viajar aumenta un 50 %».
Los préstamos personales destinados al consumo tienen actualmente un tipo de interés medio cercano al 9 %, según el Banco de España. Esto implica que unas vacaciones financiadas pueden acabar costando bastante más de lo previsto. Aunque muchos no renuncian al veraneo, los más conservadores prefieren cambiar el crucero por el pueblo y las Maldivas por un hotel en Valencia. Porque «bastante deuda hay ya con las hipotecas y otros créditos», argumentan.
Lo recomendable es no destinar más del 35 % de los ingresos mensuales al pago de deudas, incluyendo las vacaciones, y que sean préstamos que se devuelvan en no más de dos años —explica Pasqual del Riquelme—, porque si no, la bola de endeudamiento puede agobiar, y mucho, a las familias.
Frente a esta situación, algunas entidades ofrecen opciones como el pago fraccionado sin intereses o líneas de financiación específicas para viajes, que pueden suponer un alivio si se gestionan con responsabilidad. También gana terreno el uso de plataformas que permiten planificar vacaciones con pago anticipado en cuotas pequeñas durante todo el año.