En una entrevista en la Cadena Ser, Albares ha defendido que el Gobierno ha mantenido una «posición clara» desde el primer momento: «No vamos a reconocer ningún resultado electoral si no se exhiben las actas de todas las mesas y pueden ser verificadas por la oposición y organismos independientes». España, ha insistido el ministro, no puede «reconocer unas cifras que nadie sabe de dónde salen», en referencia a la victoria de Maduro promulgada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y ratificada la semana pasada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y más cuando «lo que podríamos llamar dudas de los primeros momentos empiezan a ser algo más que dudas» tras el informe del panel de expertos de la ONU que observó las elecciones.
Preguntado sobre si el Gobierno está dispuesto a reconocer la victoria de González, como reclama el PP, Albares ha recalcado que tanto España como sus socios europeos en lo que están centrados ahora mismo es «en propiciar una negociación y un diálogo entre el gobierno y la oposición para que se respete la voluntad democrática de los venezolanos» que se expresó en las urnas el pasado 28 de julio. En este sentido, ha recordado el precedente de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional al que se reconoció como presidente encargado de Venezuela en 2019, subrayando que ese reconocimiento «no hizo avanzar la voluntad democrática» de los venezolanos.
Por tanto, ha esgrimido, «tenemos que ser muy responsables en lo que hacemos». «No se trata de hacer declaraciones contundentes, sino declaraciones eficaces, movimientos eficaces», ha subrayado, enmarcando ahí los esfuerzos que viene haciendo el Gobierno, y él mismo, para «establecer puentes y facilitar el diálogo» entre el Ejecutivo y la oposición.
Albares ha dejado abierta la puerta a la adopción de nuevas sanciones contra Venezuela en caso de que Maduro no acceda a publicar las actas electorales, pero no ha querido hablar de plazos. «Barajaremos cualquier medida que pueda ayudar a que la voluntad democrática sea la que triunfe», ha indicado.
«No descarto nada», ha admitido, si bien ha dejado claro que el objetivo actual es tratar de que «la solución sea pacífica y negociada, que no sea una solución violenta, por eso llamamiento a la calma y el civismo, y que no sea una solución que venga impuesta desde el exterior». Así las cosas, ha denunciado la «irresponsabilidad del PP» y negado el «silencio» del Gobierno que afea el principal partido de la oposición, esgrimiendo que España fue el primer país europeo que exigió la publicación íntegra de las actas electorales para reconocer el resultado en Venezuela. «Esto no es un concurso de a ver quién queda mejor o quién va más lejos en sus declaraciones», ha advertido, asegurando que podría hacer «declaraciones grandilocuentes» que calmaran a los ‘populares’ pero no lo hace. A juicio de Albares, el PP «no piensa en ningún momento en los venezolanos, ni por supuesto en Venezuela» sino que «lo que piensa es en intentar desgastar al Gobierno, se lleve por delante lo que se lleve por delante».
«Si el PP escuchara a la oposición (venezolana) vería que lo que pide es que haya mediadores, personas que sean capaces de hablar como hago yo con el gobierno y con la oposición, porque el Partido Popular no habla con nadie», ha añadido. Los de Alberto Núñez Feijóo, según el ministro, solo buscan «continuar con una campaña de bulos».
En cuanto al papel desempeñado por el expresidente Rodríguez Zapatero, muy criticado por los ‘populares’, Albares ha reiterado que el Gobierno «valora y aprecia» la labor que ha venido desempeñando desde hace años «en nombre propio» y que también le han agradecido tanto el Ejecutivo como la oposición venezolana. «Tuvo papel importante en la liberación de muchos presos políticos», ha defendido.
Por último, el jefe de la diplomacia ha esquivado responder a si considera que lo que hay en Venezuela en estos momentos es una dictadura. «No estamos aquí para hacer de politólogos», ha esgrimido, sino «para conseguir objetivos» que en el caso del Gobierno español es el de hablar tanto con Maduro como con la oposición.