Así queda recogido en el informe mensual de noviembre elaborado por CaixaBank Research y publicado esta semana.
En julio, el servicio estudios publicó su informe específico sobre el sector inmobiliario y entonces calculaba que el precio de la vivienda crecería este año un 5% (INE) y un 4,4% (Ministerio), de manera que ahora lo eleva a un 7,1% y un 5,1%, respectivamente. Se trata de crecimientos superiores a los que se produjeron el año pasado, cuando el precio de la vivienda creció hasta un 4%.
De cara a 2025 también incrementa la previsión, pues esperaba un 2,8% en ambos casos y ahora apunta a un crecimiento del 4,1% (INE) y el 3,6% (Ministerio).
Para las compraventas, CaixaBank estima que, después de registrarse 584.000 el año pasado, este año se moderarán a 572.000 y el año que viene acelerarán hasta las 577.000. Son cifras también superiores a las de julio, cuando las perspectivas eran de 564.000 operaciones este año y 566.000 el que viene. Los visados de obra nueva se mantienen invariables, en una proyección de 115.000 este año y 125.000 el que viene.
En el informe publicado esta semana, Judit Montoriol, ‘lead economist’ en el departamento de economía española del servicio de estudios, explica que «la situación expansiva del mercado inmobiliario y la buena marcha de la economía española hacen que los riesgos de un aumento de los precios de la vivienda más rápido de lo esperado en nuestro escenario central no sean negligibles», contemplando así la posibilidad de que el precio pueda crecer más. «En sentido contrario, los elevados precios que ya se han alcanzado en determinadas localizaciones hacen que el esfuerzo para acceder a una vivienda pueda ser un factor que limite el crecimiento de la demanda y de los precios», agrega.
Montoriol comenta que el principal desequilibrio en el mercado es la falta de oferta, en particular, de vivienda asequible, y cita múltiples factores que están limitando la producción de vivienda, entre ellos, la escasez de suelo finalista, la falta de mano de obra, los elevados costes de construcción y los cambios regulatorios. Asimismo, también destaca que el sector de la construcción tiene un problema de productividad.
La ‘lead economist’ de CaixaBank Research explica que los problemas de accesibilidad asociados al crecimiento del precio de la vivienda, tanto en el mercado de compraventa como en el del alquiler, pueden acabar generando «efectos económicos y sociales adversos a medio y largo plazo» como disminuir la natalidad, la movilidad geográfica de los trabajadores y la acumulación de capital humano. Resalta que hay empresas que apuntan al elevado coste de la vivienda como un factor limitante para contratar mano de obra en determinados sectores y localizaciones. «No hay una solución sencilla a esta situación, pero esperamos que la oferta de vivienda, en general, y de vivienda asequible en particular, vaya ganando tracción y que ello ayude a reconducir la situación», confía.