La sociedad participada por el grupo FCC (51%) y por el fondo ético australiano IFM Investors (49%) ha confiado a la teleco española la inteligencia de su nueva generación de dispositivos. Entre otras cualidades, los equipos se diseñarán para ofrecer la telelectura de los consumos y proporcionar la analítica de los datos en tiempo real. La plataforma de Internet de las Cosas de Vodafone España que permite este tipo de desarrollos funciona a través de las conexiones de banda estrecha Narrowband -IoT, el estándar de comunicaciones inalámbricas idóneo para intercambiar pequeñas cantidades de datos con gran eficiencia energética.
La solución propuesta por el operador a Aqualia se denomina Vodafone Water Metering y, a grandes rasgos, consiste en un software y un gestor de dispositivos para proporcionar un servicio integral de recogida y entrega de los datos de lectura de los contadores. La herramienta simplifica y optimiza la monitorización de forma unificada, no solo la conectividad y la recogida de métricas, sino también de detectar al instante posibles incidencias o cualquier desviación de los acuerdos de desviación de servicios (SLAs) objetivo gracias a la configuración de alertas automáticas.
Aqualia es la cuarta empresa de agua de Europa por población servida y la novena del mundo, según el último ranking de Global Water Intelligence. En la actualidad presta servicio a 45,2 millones de usuarios de 18 países: Argelia, Arabia Saudí, Colombia, Chile, Egipto, Emiratos Árabes, España, Estados Unidos, Francia, Georgia, Italia, México, Omán, Perú, Portugal, Qatar, República Checa y Rumanía.
Vodafone y Aqualia se han puesto manos a la obra con la ayuda de un piloto en la ciudad de Vigo, para disponer de un control integral de la solución de telelectura y a garantizar el mejor servicio a sus clientes, sin realizar ningún tipo de estimaciones del consumo.
Por lo pronto, el sistema detecta usos fraudulentos como el flujo inverso y el denominado ‘tampering’ (manipulación indebida de medidores de agua potable), además de percibir fugas en las instalaciones.
La tecnología también establece patrones de consumo de los usuarios, con la colaboración de las empresas gestoras de Diputaciones y Ayuntamientos para «ajustar la cantidad de agua necesaria para bombear en cada una de las sectorizaciones de la localidad». Con esta práctica, «tanto el consumo energético de las estaciones de bombeo como la presión a la que se somete el sistema serán los adecuados, haciendo más sostenible energéticamente el ciclo, evitando exponer a la infraestructura a tensiones innecesarias y disminuyendo el riesgo de rotura y de fugas de agua de gran calibre», explican desde Vodafone.
Junto a lo anterior, la herramienta reduce el consumo de agua no registrada (ANR) e informa al instante de las fugas dentro del sector por medio de un balance hídrico horario, para así reaccionar de manera rápida y evitar pérdidas elevadas del suministro. Además del contrato de Aqualia, la teleco también trabaja en proyectos similares con Aguas de Valencia desde 2016 y, desde el año pasado, ofrece sus servicios al Canal de Isabel II para la telelectura automática. Este contrato, valorado en más de 25 millones de euros y de cinco años de duración, Vodafone gestiona más de 315.000 contadores de agua con la ayuda de su conectividad Narrowband-IoT.