La operadora registró unos ingresos de 19.600 millones de euros entre abril y septiembre, un 7,3% más que en el mismo periodo del año anterior. Los ingresos por servicios —principal indicador de la evolución operativa— crecieron un 8,1%, hasta 16.300 millones, o un 5,7% en términos orgánicos, superando las expectativas del mercado.
El beneficio operativo ajustado (EBITDAaL) aumentó un 5,9%, hasta 5.700 millones de euros, frente a los 5.620 millones esperados, mientras que el beneficio operativo cayó un 9,2%, a 2.200 millones, debido principalmente al impacto contable de la integración con Three UK.
Vodafone ha revisado al alza su guía para el ejercicio completo y prevé cerrar el año en el extremo superior del rango estimado de beneficio operativo ajustado, entre 11.300 y 11.600 millones de euros. También espera alcanzar un flujo de caja libre ajustado de entre 2.400 y 2.600 millones de euros. Además, la compañía ha anunciado una nueva política de dividendo progresivo, con un aumento del 2,5% del dividendo por acción del ejercicio 2026, el primero desde 2018.
En el plano operativo, la mejora vino acompañada de señales positivas en sus principales mercados. En Alemania, su filial —que representa el 31% de los ingresos del grupo— volvió a crecer tras varios trimestres de caídas, con un incremento del 0,5% en ingresos por servicios. En África, los ingresos subieron un 13,5%, impulsados por la expansión de los servicios financieros móviles, mientras que en Reino Unido la integración con Three UK avanza más rápido de lo previsto y se espera que genere sinergias de costes de unos 700 millones de libras anuales.
Por otro lado, el grupo redujo su deuda neta a 25.900 millones de euros, tras haber obtenido 13.300 millones por la venta de activos en Italia y España y la desinversión parcial en Vantage Towers.

