El motivo, la celebración de la III edición de Foodie Black Week, una cita que celebra la gastronomía como motor de ciudad y que cada año gana en magnitud, diversidad y participación. A falta de pocos días para que arranque, ya se han sumado más de 250 establecimientos tanto de la Ciudad Condal como de municipios colindantes como Sant Cugat del Vallès, L’Hospitalet de Llobregat, Badalona, Santa Coloma de Gramenet y Castelldefels. Muchos de ellos ya participaron en anteriores ediciones y regresan este año tras comprobar que durante esta semana su actividad puede crecer hasta un 35 %. Esta fidelidad habla de un proyecto que no solo atrae al público, sino que fortalece el tejido hostelero local y crea sinergias entre barrios, negocios y sectores.
Inspirada en el modelo del Black Friday, la Foodie Black Week no solo ha conquistado Barcelona, sino que ya se ha celebrado en Madrid y en 2026 dará el salto internacional a Puebla y Jalisco, en México, país invitado en esta edición. Su crecimiento y expansión confirman que se trata de un modelo sólido y exportable, capaz de dinamizar el sector y generar impacto económico, cultural y social. «La Foodie Black Week es una semana para salir, redescubrir la ciudad y disfrutarla desde sus mesas y barras. No se trata solo de comer: se trata de vivir Barcelona», explica Miramontes, creador de la iniciativa. Y añade: «Cada vez gusta más. Es una semana en la que los restaurantes, bares, hoteles, coctelerías y mercados gastronómicos de la ciudad ofrecen promociones y propuestas únicas, experiencias que no se pueden encontrar en ningún otro momento del año. Una semana para salir, descubrir, redescubrir, probar cosas nuevas y disfrutar de la ciudad de una forma distinta».
Uno de los grandes valores de la Foodie Black Week es su capacidad para reunir en una misma cita a algunos de los restaurantes más reconocidos de la ciudad junto a proyectos independientes que forman parte del pulso cotidiano de Barcelona. Esta convivencia de estilos, formatos y cocinas —desde la alta gastronomía hasta la cocina de barrio— es precisamente lo que da a esta semana su carácter abierto, plural y profundamente barcelonés. Entre las propuestas más destacadas se encuentra la de Nectari, el restaurante con estrella Michelin del chef Jordi Esteve, una de las figuras más sólidas de la escena culinaria catalana. Para esta edición, ha diseñado un menú especial de alta cocina que fusiona México y Cataluña, dos culturas gastronómicas que comparten la pasión por el producto, la técnica y la raíz. Platos como su versión de carpaccio con guacamole y romescu, el Chile en nogada servido en cerámica de Talavera, la dorada con escamas de patata o un arroz meloso con trufa negra hablan de cocina elegante, precisa y con alma. Una oportunidad única para vivir una experiencia de autor a precio reducido (65 €) en uno de los templos gastronómicos de la ciudad.
También, sobresale la de Casa Güell, el proyecto personal del chef Jordi Lloberol en Poblenou. Con más de tres décadas de oficio, Lloberol ha apostado por recuperar la cocina catalana más auténtica: guisos de “xup-xup”, fondos bien trabajados y producto de temporada, servidos en un espacio cálido con cocina abierta y espíritu de casa de comidas contemporánea. Sin artificios ni pretensiones, Casa Güell representa ese tipo de cocina honesta que conquista por sabor y cercanía.
Mención especial merece tambien El Tribut, en el Port Olímpic, un espacio inspirado en Gaudí que combina producto local y cocina catalana contemporánea. Para la Foodie Black Week ofrece un menú de 45 euros con aperitivo, entrantes para compartir —como el tiradito de gamba langostinera o la burrata con boniato y miel—, tres opciones de arroz (de marisco, butifarra con alioli de almendras o vegetal) y postre, acompañado de vino o cerveza. Una propuesta que une sabor mediterráneo y vistas al mar.
La lista de restaurantes de autor se completa con direcciones como Speakeasy, el restaurante clandestino de Javier de las Muelas, que ofrece un menú especial a 61 € maridado con cócteles de autor —como el Under the Sun o el Smoked Berries—, integrando cocina y mixología en un entorno único. O los restaurantes de la célebre cocinera Teresa Carles, que participa con su establecimiento homónimo y con sus locales Flax & Kale, pioneros de la cocina plant-based en Barcelona, que proponen menús saludables y creativos con platos icónicos como su canelón XXL, la Double Smashed Burger o su cheesecake a la catalana. Una opción perfecta para quienes buscan gastronomía sostenible sin renunciar al sabor.
Los hoteles también forman parte activa de esta edición de la Foodie Black Week, incorporando propuestas propias que amplían el alcance y la diversidad de la iniciativa. El Hotel SLS Barcelona, hotel oficial de la III edición, participa con sus tres espacios gastronómicos: Lora, un auténtico descubrimiento en la Ciudad Condal que propone un viaje culinario desde Barcelona hasta Líbano a través de los sabores mediterráneos; L’Anxova Divina, especializado en tapas tradicionales; y Kyara, su elegante coctelería. También se suma Simultáneo, el espacio gastronómico y cultural non-stop del Hotel Catalonia Plaza, a los pies de Montjuïc, que rinde homenaje a la cocina mexicana con su propuesta Botanita + Cóctel por 12 €, que incluye tacos de cochinita pibil, quesadillas de pollo, burritos con queso Oaxaca o enchiladas de panceta, acompañados de una mezcalita o una paloma a elección. Dos formas diferentes de entender la gastronomía hotelera que enriquecen la gran ruta foodie de la ciudad.
La Foodie Black Week también celebra la cultura gastronómica más cercana: la de los bares, tabernas y restaurantes de toda la vida. Esos lugares que forman parte de la identidad cotidiana de Barcelona y su área metropolitana y que, durante esta semana, se llenan de propuestas especiales. Entre los más emblemáticos destaca Collonut, con varias localizaciones en Barcelona —Maragall, Sant Andreu, Les Corts, Marina— y en municipios como Badalona y Gavà, que ofrece un combo de caña y torrada de sardina o panceta por 5 €, recuperando la esencia del aperitivo tradicional barcelonés. También participan Casa Lolea, Pepeta by Casa Lolea, Can Framis y Casa Ràfols, con propuestas que combinan tapa o montado y cóctel por 15 €, ideales para quienes buscan una experiencia informal, pero con sabor auténtico: desde montaditos clásicos hasta pequeños bocados creativos que maridan con vermuts y combinados de autor.
La diversidad gastronómica es uno de los sellos de la Foodie Black Week. A lo largo de la ciudad, se despliega un auténtico mapa culinario internacional que permite viajar con el paladar sin salir de Barcelona. Desde Gurí, el proyecto del chef uruguayo Nicolás Zas, que rinde homenaje a la parrilla de su país con carnes seleccionadas, chimichurris caseros y guarniciones tradicionales, y que ofrece un menú especial desde 25 euros, hasta Keanu Izakaya Bar, uno de los japoneses de moda, con una propuesta por 22 euros que incluye Keanu Roll de salmón, Hotate Roll de vieira, nigiris de lubina, salmón aburi y anguila, acompañados de su cóctel estrella, el Keanu Picante, elaborado con tequila Patrón, cilantro y chile.
En este apartado destaca también Candela Gastro Bar que acerca el alma del Perú a Barcelona con un menú degustación de 14 pasos por 49 €, un recorrido sensorial guiado por los chefs Kevin Giurfa y Gary Salvador, y un 2×1 en pisco sours en barra, pensado para descubrir su selección de piscos macerados.
Y, por supuesto, México ocupa un lugar protagonista en esta edición de la Foodie Black Week con numerosos restaurantes mexicanos y guiños a la cocina del país invitado. Algunas de las direcciones a tener en cuenta son: La Mafia Mexicana, que ofrece un menú de antojitos por 25 €, que incluye quesabirrias, tacos gobernador, croquetas de birria y una degustación de margaritas frozen 2×1 en sabores como mango, tamarindo o lima; El Volador, que propone un recorrido gastronómico del sur al centro de México con un menú de 45 € y cócteles margarita de cortesía que acompañan platos llenos de sabor y técnica tradicional; La República del Taco, con nachos y tacos a elegir más bebida por 20 €; La Ximena, con su burrito Sonora y margarita por 13,90 €; Jaiba MX, que regala un postre con su menú de antojitos de otoño por 45 €; y Mex Art, que da la bienvenida con un cóctel cortesía de la casa. Una ruta mexicana amplia y diversa, que abarca desde taquerías urbanas hasta propuestas más elaboradas.
La escena coctelera barcelonesa también se vuelca con la Foodie Black Week. A lo largo de la ciudad, algunas de las barras más reconocidas del país ofrecen cócteles exclusivos, maridajes y promociones especiales que convierten la ruta foodie en una auténtica experiencia nocturna. Entre los imprescindibles están Apothucker, con su cóctel Antioxidante —ginebra, pepino, albahaca, manzana y lima— acompañado de tzatziki casero por 13,50 €; Gimlet, la icónica barr a de Javier de las Muelas, con su elegante Spritz St. Germain y tapa de ensaladilla rusa por 9,90 €; Bobby Gin, templo del gin tonic de Alberto Pizarro, que presenta cuatro GinFonks por 30 €, una evolución del clásico gin tonic con licores y zumos de fruta; Mirablau, en el Tibidabo, con su divertida Paloma Turuleca por 9 € y vistas espectaculares sobre la ciudad; Gangsta’s Paradise Speakeasy, con sus combinaciones Al Capone y Il Conte; y Vesou Rum Bar, nominado entre los mejores bares de España y Portugal, que ofrece cóctel más tapa por 15 € con ron como gran protagonista.
Además, Time Out Market Barcelona se suma a la iniciativa con un 15 % de descuento en sus barras —Time Out Bar y Terraza Xaloc—, integrando su propuesta gastronómica y coctelera en la gran fiesta foodie de la ciudad.
La Foodie Black Week va más allá de los restaurantes y las barras: activa la ciudad con experiencias transversales que combinan gastronomía, cultura y ocio. Entre las propuestas más destacadas figura Citysailing, con un 2×1 en tours en velero de viernes a domingo: paseos en barco de madera con Aperol Spritz desde 12 €, o al atardecer con música en vivo desde 15 €, una experiencia única para disfrutar Barcelona desde el mar. También La Fàbrica Moritz Barcelona, un espacio histórico donde se elabora cerveza desde 1856, se suma con degustaciones, visitas y promociones especiales —dos cañas de Moritz 7 con bravas por 5,30 €— en un entorno que une tradición, gastronomía y cultura cervecera. Además de las catas, los visitantes pueden recorrer sus salas y asistir a actividades paralelas como presentaciones, conciertos o sesiones de beer yoga.


