Este rebote se produce después de que los índices neoyorquinos cerraran su peor semana desde 2020, liderada por los retrocesos del 10,02% en el Nasdaq. El S&P 500, por su parte, cedió un 9,08%; mientras que el Dow Jones se dejó un 7,86%.
Los selectivos se han recuperado ahora de otra apertura negativa ante el temor por los aranceles. Y es que Donald Trump había reafirmado este fin de semana su postura al mostrarse reacio a negociar, aunque las declaraciones de Hassett han girado por completo el ánimo de los inversores.
Así, Trump dijo este domingo por la noche, sobre la caída del mercado: «No quiero que nada caiga, pero a veces hay que tomar medicina para arreglar algo». Añadió: «Tenemos un déficit comercial de un billón de dólares con China, perdemos cientos de miles de millones de dólares al año con China. Y, a menos que resolvamos ese problema, no voy a hacer un acuerdo». El secretario de Comercio, Howard Lutnick, declaró a ‘CBS News’ que los aranceles no serán aplazados. «Los aranceles vienen… Definitivamente se van a mantener durante días y semanas».El secretario del Tesoro, Scott Bessent, señaló a ‘NBC News’ que más de 50 países se han acercado a la administración para negociar, pero advirtió: «Han sido malos actores durante mucho tiempo, y no es el tipo de problema que se pueda negociar en días o semanas».
Holger Schmieding, economista jefe de la firma alemana Berenberg, afirma que si Trump elige una escalada de represalias en lugar de negociar, «sus guerras comerciales podrían convertirse en el peor error de política económica global desde que una administración estadounidense provocara la Gran Crisis Financiera en septiembre de 2008. Pero hay una diferencia crucial. Cuando los mercados financieros mayoristas se paralizaron el 15 de septiembre de 2008, gran parte del daño fue casi inmediato. En una conmoción de oferta a la economía real, como una guerra comercial, el daño se acumula con el tiempo. Eso deja margen para abordar los problemas y contener las consecuencias».
No obstante, de seguir así la dinámica en los mercados, y de ir a más este «dolor autoinflingido», «es factible que el gobierno estadounidense se dé por aludido e intente frenar el declive en las bolsas, declive que puede terminar teniendo un impacto muy negativo en la riqueza percibida por los ciudadanos -la destrucción de valor está siendo muy elevada-, especialmente por los estadounidenses, muy expuestos a las bolsas, y por ello en el consumo y en la economía del país».»Hasta entonces, y sin muchas esperanzas de que en el corto plazo vayamos a asistir a una rectificación por parte del gobierno Trump, las bolsas van a seguir sufriendo el castigo de los inversores, siendo probable que asistamos al final del actual mercado alcista en todas ellas en cuestión de pocos días».
Los inversores temen una recesión económica por unos aranceles recíprocos que han sido muy superiores a lo esperado. El viernes, el presidente de la Reserva Federal, Powell, afirmó que el impacto de los aranceles sobre la economía estadounidense podría ser mayor de lo esperado, y agregó que no hay prisa por recortar los tipos, lo que contribuyó a penalizar más al mercado.
En este sentido, Goldman Sachs ve ahora una mayor probabilidad de recesión en EEUU durante 2025 después de que Trump anunciara sus aranceles recíprocos en el ‘Liberation Day’. De esta manera, el banco de inversión sitúa sus previsiones de desaceleración económica en el 45% frente a su estimación anterior del 35%, dada a conocer hace tan solo una semana.
«Un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras, boicots de consumidores extranjeros y un continuo aumento en la incertidumbre de política monetaria que probablemente deprimirá el gasto de capital más de lo que habíamos asumido previamente», señalan los analistas del banco.
El presidente y consejero delegado de JP Morgan, Dimon, también se ha pronunciado sobre los aranceles de Trump y cree que impulsarán los precios de los productos nacionales e importados, lo que lastrará una economía estadounidense que ya se había estado desacelerando.
«Es probable que veamos resultados inflacionarios, no solo en los bienes importados sino también en los precios internos, a medida que aumenten los costos de los insumos y aumente la demanda de productos nacionales», ha remarcado. «Si el menú de aranceles causa o no una recesión sigue siendo una incógnita, pero desacelerará el crecimiento». Por ello, ha enfatizado que «cuanto más rápido se resuelva este problema, mejor, porque algunos de los efectos negativos aumentan de forma acumulativa con el tiempo y serían difíciles de revertir».