«En ausencia de un debilitamiento significativo del mercado laboral, necesito ver varios meses más de buenos datos de inflación antes de sentirme cómodo apoyando una relajación en la orientación de la política monetaria», ha señalado durante su comparecencia en el Instituto Peterson de Economía Internacional, en Washington.
¿Y a qué se refiere con buenos datos? Pues bien, Waller no ha querido responder a esta pregunta, aunque sí ha explicado que espera «con ansias el día en que no tenga que salir dos o tres decimales en los datos mensuales de inflación para encontrar las buenas noticias».
A pesar de ello, el gobernador de la Fed ha celebrado el IPC de abril, que ha mostrado una «señal tranquilizadora de que la inflación no se está acelerando», al tiempo que «los datos sobre el gasto y el mercado laboral me sugieren que la política monetaria se encuentra en un entorno adecuado para ejercer presión a la baja sobre la inflación». No obstante, ha remarcado que, si bien las últimas cifras reprensentan un progreso, éste fue tan pequeño que «se reflejó en el hecho de que tuve que informar las cifras mensuales con dos decimales para mostrarlo».
Para Waller, la economía parece estar evolucionando ahora más cerca de lo que esperaba el Comité y considera que la política monetaria restrictiva está ayudando a enfriar la demanda agregada. Por ello, y a pesar de que «los banqueros centrales nunca deberían decir nunca», cree que «probablemente sean innecesarias nuevas subidas del tipo de interés oficial». En cuanto al mercado laboral, el gobernador del banco central estadounidense ha subrayado que sigue siendo «relativamente sólido», pero que tras los avances en el equilibrio entre la oferta y la demanda en 2023, este reequilibrio parece haberse estancado a principios de este año. «Al igual que los datos sobre la actividad económica, considero que los datos del mercado laboral respaldan un nuevo progreso en la reducción de la inflación», ha concluido Waller.