El principal golpe a la economía a principios de año vino de la alta inflación, que ha erosionado el poder adquisitivo de los alemanes, provocando una caída intertrimestral del 1,2% en el gasto de los consumidores, algo mejor que la caída del 1,7% del cuarto trimestre, así como un desplome del 4,9% en el gasto público. La caída del consumo privado fue generalizada en todos los sectores. «Después de que el crecimiento del PIB entrara en territorio negativo a fines de 2022, la economía alemana ahora ha registrado dos trimestres negativos consecutivos», ha dicho la presidenta de la Oficina de Estadística alemana (Destatis), Ruth Brand.
Por otra parte, la inversión trató de compensar la caída del consumo. La inversión bruta, incluidas las existencias, aumentó un 2,8% intertrimestral, impulsada por los sólidos aumentos registrados tanto en la construcción como en la maquinaria y el equipo. Las existencias se mantuvieron estables en el trimestre, explican los economistas de Pantheon. Por último, las exportaciones netas dieron un impulso significativo de 0,7 puntos porcentuales al crecimiento intertrimestral, tras un aumento de 0,5 puntos porcentuales en el cuarto trimestre, debido a un nuevo descenso de las importaciones, del 0,9%, mientras que las exportaciones aumentaron un 0,4%. El descenso de las importaciones se debió principalmente a una reducción del volumen de las importaciones de combustibles minerales y productos químicos.