Los incipientes indicios de relajación del mercado laboral no han cuajado, y las presiones sobre los ingresos, el gasto y, desgraciadamente, los precios siguen sorprendiendo al alza. Los mercados empiezan a prever una nueva subida de tipos en verano y, como consecuencia, el dólar estadounidense está subiendo frente a casi todos sus principales pares. La única excepción sigue siendo las principales divisas latinoamericanas (las divisas con mejor rendimiento en lo que va de 2023), y el peso mexicano y el colombiano volvieron a encabezar la clasificación la semana pasada.
Dos acontecimientos clave dominan el calendario económico esta semana: el informe preliminar de inflación de la eurozona correspondiente a mayo y el informe de empleo de mayo de EE.UU. Se espera que la inflación general de la eurozona retroceda debido a la bajada de los precios de la energía, pero el índice subyacente debería mantenerse obstinadamente alto (es en este último en el que el BCE se centra). En cuanto al informe de nóminas no agrícolas de EE.UU., los últimos datos no han confirmado los primeros indicios de una relajación en el mercado laboral, por lo que es muy posible que volvamos a tener un dato fuerte que confirme una subida adicional de la Reserva Federal este verano.
EUR
En las últimas semanas, los datos macroeconómicos de la eurozona han experimentado una cierta pérdida de impulso. Además de los malos datos del índice PMI manufacturero, el PIB alemán correspondiente al primer trimestre fue un tanto decepcionante, ya que confirmó que Alemania está en recesión, aunque se trata de una recesión técnica y poco profunda.
Creemos que los datos alemanes se han visto afectados negativamente por acontecimientos puntuales como el fin de las ayudas estatales de la era del covid, pero, no obstante, será difícil que el euro salga de su reciente banda de cotización frente al dólar, a menos que las expectativas del mercado sobre la política monetaria del BCE se pongan al día con la realidad de unos datos de inflación subyacente que se niegan a mostrar una relajación significativa.
USD
La «crisis» del techo de deuda se fue tal y como llegó, y el acuerdo apenas prevé medidas de endurecimiento fiscal. Esto significa que la tarea de luchar contra la inflación quedará en manos de la Reserva Federal, sin que quepa esperar mucha ayuda del endurecimiento fiscal. En este sentido, el informe sobre la inflación del PCE publicado la semana pasada debió de resultar desalentador para la Fed. La inflación subyacente no sólo se está estabilizando muy por encima del objetivo del 5%, sino que los ingresos nominales y el gasto están creciendo a niveles compatibles con ese nivel de inflación.
Los mercados no sólo han eliminado casi todas las expectativas de recortes en 2023, sino que también están empezando a valorar una subida adicional en algún momento de este verano. Este ajuste de las expectativas explica en gran medida la apreciación del dólar de las últimas semanas.
GBP
El informe del IPC de la semana pasada supuso un duro golpe para el Banco de Inglaterra. Tanto el índice general como el subyacente superaron en más de medio punto las previsiones, y este último alcanzó un nuevo máximo histórico en este ciclo.
Está claro que se avecinan más subidas de los tipos de interés. Los mercados prevén ahora más de cuatro subidas adicionales, y no descartamos que el tipo terminal se sitúe por encima del 6%. Nuestra visión optimista sobre la libra se basa en estas expectativas, así como en la resistencia de la demanda interna del Reino Unido.