A partir de ahora, Deloitte tiene tres meses para realizar el plan económico de esa operación de venta y entregarlo a Sareb, según el propio organismo público controlado por el FROB (Autoridad de Resolución Ejecutiva, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos). En ese plan, Sareb baraja incluir más suelos procedentes del banco malo, lo que podría hacer engordar el valor de Árqura hasta 900 o 1.000 millones, frente a unos 800 millones aproximadamente en los que se valora en la actualidad.
Ese plan tendrá que ser validado por el consejo de administración de Sareb y, en cualquier caso, no se espera que la operación se cierre antes de 2024. En principio, el adelanto electoral anunciado ayer por Pedro Sánchez tampoco afectaría al calendario de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, que funciona con autonomía, y que tiene como objetivo fundacional liquidar todos sus activos antes de 2027.
Sareb abrió este proceso búsqueda de asesor financiero para vender Árqura en febrero, al que se han presentado ocho consultoras. Deloitte se ha hecho con el encargo al quedar por delante de Álvarez & Marsal, Arcano, Alantra, CBRE, Colliers, EY y PwC. Actualmente, el banco malo continúa con el concurso para contratar, además, un asesor legal para esta transacción.
Sareb lanzó en 2019 su propia promotora, llamada Árqura Homes, en la que incluyó un banco de suelo cerrado que permite la construcción de 17.000 viviendas. Para ello, se asoció con el fondo Värde Partners a través de la inmobiliaria Aelca, que se encarga de la gestión de proyectos. Ambos socios constituyeron lo que se conoce como FAB (Fondo de Activos Bancarios), en el que el banco malo controlaba un 90%.
Sin embargo, en enero, Sareb anunció que recompraba ese 10% a Värde y se hacía con la opción para adquirir Aelca. De esta forma, se daba inicio a una nueva etapa que permitirá ahora desprenderse de total o parcialmente de Árqura.
Esa inmobiliaria nació entonces con suelos valorados en 811 millones, con una capacidad para construir 17.095 viviendas nuevas por toda España. El plan de inversión anunciado fue de 2.238 millones hasta 2027. En este tiempo, Árqura ha entregado 1.682 viviendas, de un total de 5.792 viviendas con obras iniciadas y que corresponden a 94 promociones en 15 comunidades autónomas, a cierre de 2022. El pasado año, esta inmobiliaria facturó 214 millones (un 56%) más que en 2021.
Alrededor de 13.000 viviendas de Árqura cuentan ya con un plan de negocio. Si el análisis que llevará a cabo Deloitte de la operación lo aconseja, sería posible incorporar suelos para el desarrollo de otras 5.000 unidades más por parte de la promotora, según explican desde Sareb, lo que sumaría desde su inicio la construcción de 22.000 casas.
Sareb pone en marcha está venta porque el objetivo fundacional de esta entidad es vender todos sus activos antes de 2027. Con los recursos obtenidos, la sociedad debe reducir deuda avalada por el Estado, que todavía se mantiene en 30.481 millones tras amortizar el pasado año más de 3.000 millones.
Árqura podría interesar a grandes promotoras –aunque algunas como Neinor y Aedas han limitado sus compras en los últimos meses y Metrovacesa cuenta con un banco de suelo propio de gran tamaño procedente de Santander y BBVA–. Igualmente, la operación servirá para testar el apetito de los grandes fondos internacionales –algunos tras empresas como Habitat o Culmia– por el ladrillo en España.