Esa es una de las situaciones que Sánchez ha querido esquivar con la urgente convocatoria de nuevas elecciones, pero ese mismo hecho hace que en una semana, el 8 de junio, las candidaturas han de estar aprobadas por los comités provinciales y las ejecutivas autonómicas, para que el viernes 9 pasen por la validación de la comisión federal de listas y sean aprobadas definitivamente el sábado 10 por el máximo órgano de dirección del PSOE, el comité federal. Es decir, que en apenas unos días los nombres clave deben estar ya listos.
Es decir, el núcleo duro de Moncloa se enfrenta a una de las situaciones mas peligrosas de su existencia. La derrota son paliativos de Sánchez ha provocado una pérdida de “puestos de trabajo” en CC AA y ayuntamientos de para miles de socialistas. El previsible cambio de Gobierno puede tener las mismas consecuencias para altos cargos, asesores y paniaguados de los presupuestos del Estado de proporciones desconocidas.
Es decir, el cambio de ciclo es mucho mas que un simple concepto filosófico político. El cambio, después de cinco años de poder y tal y como lo han planteado desde Moncloa es la desaparición de la llamada sopa boba de los partidos o lo que es lo mismo, una hecatombe para el imperio socialista que perderá su banderín de enganche como proveedor de empleo para todo aquel que se acerque a él y sea capaz de generar votos, lo cual también implica a muchos medios de comunicación que viven de la sopa boba de la política esta vez con base en la publicidad que el propio estamento público genera.
En ese sentido, el tsunami de la derrota de Sánchez, que nadie piense que se trata de una derrota del PSOE, puede dar lugar a una regeneración del partido, que, primero pasara por unos años complicados, don Pedro no ha sido capaz de generar una nueva generación de lideres, sino mas bien todo lo contrario pero, esperemos que así sea, dará lugar a una nueva clase política socialista, con hombres nuevos y formas de entender la política distintas al actual uso y abuso con capacidad de dar salida a toda una nueva generación de político.
De otra manera, el socialismo tras Sánchez, habrá muerto