Una vez finalizado el programa, Repsol ha anunciado la amortización prevista de 50 millones de acciones, que representan un 3,77% del capital social, que incluye la amortización de 35 millones de acciones propias adquiridas en el marco del programa de recompra y 15 millones de acciones propias de autocartera.
Tras la amortización, el capital social queda fijado en 1.277.396.053 euros, correspondientes a 1.277.396.053 acciones de un euro de valor nominal cada una. De esta manera, la petrolera dirigida por Josu Jon Imaz avanza en su plan de retribución a los accionistas, que se complementa, además del abono de dividendo, con estos programas de recompras de acciones.
En 2022, Repsol aportó a sus accionistas un dividendo en efectivo de 0,63 euros por acción y una reducción del capital social de 200 millones de acciones.
En 2023, el dividendo en efectivo aumentará un 11%, hasta 0,70 euros por título, con lo que la energética se adelanta un año el objetivo previsto de retribución a sus accionistas en su plan estratégico a 2025. Adicionalmente, esa remuneración se complementará con recompras de acciones adicionales a lo largo del año, tal y como adelantó Imaz el pasado mes de abril con motivo de la presentación de los resultados del primer trimestre de la compañía.
En total, en 2023, Repsol destinará 2.400 millones de euros a retribución y recompra y amortización de acciones, lo que representa al menos el 30% del flujo de caja de las operaciones.