Los grandes bancos de Estados Unidos están bien preparados para capear una recesión grave y seguir prestando a hogares y empresas incluso durante ella, según los resultados de la prueba de resistencia bancaria anual realizada por la Reserva Federal que han sido publicados este miércoles.
Las pruebas reafirman el mensaje de que la tormenta bancaria de los últimos meses está controlada. Aun así, hay marcadas diferencias entre entidades y los que sacan peor nota deberán estar preparados para resistir cualquier presión del mercado.
Según los resultados, han pasado holgadamente el examen los dos mayores bancos estadounidenses: JPMorgan (con un mínimo de capital del 11,1% en el peor momento del periodo analizado en el escenario) y Bank of America (10,6%), al igual que Goldman Sachs (10,1%) y Morgan Stanley (11,2%). De los grandes, el que saca peor nota es Wells Fargo, cuyo coeficiente de capital principal llegaría a caer hasta un mínimo del 8,2%. El capital de Citigroup marcaría un mínimo del 9,1% para luego remontar hasta el 9,7%.
El que sale más reforzado de la prueba es Charles Schwab, que fue señalado durante la tormenta bancaria, pero saca las mejores notas, siempre con un capital por encima del 20%, al igual que Credit Suisse USA. En el otro extremo, los bancos que verían erosionarse sus niveles de capital hasta marcar coeficientes más bajos serían Citizens (6,4%), US Bancorp (6,6%), Truist (6,7%), M&T (7%), PNC (7,9%) y Capital One (8%). Algunos de ellos han sido señalados como los siguientes eslabones débiles de la cadena.
“Los resultados de hoy confirman que el sistema bancario sigue siendo fuerte y resistente”, ha dicho el vicepresidente de Supervisión, Michael S. Barr. “Al mismo tiempo, esta prueba de resistencia es solo una forma de medir esa fortaleza. Debemos seguir siendo humildes sobre cómo pueden surgir los riesgos y continuar nuestro trabajo para garantizar que los bancos sean resistentes a una serie de escenarios económicos, perturbaciones del mercado y otras tensiones”, ha añadido.
Esa alusión de Barr a la humildad cobra todo el sentido después de la caída de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank, cuyos problemas no fueron atajados a tiempo por el supervisor. Las autoridades han logrado contener la tormenta bancaria, pero eso no garantiza que no haya nuevos accidentes. En este caso, además, solo se examinaban 23 bancos porque los bancos medianos, con activos entre los 100.000 y los 250.000 millones de dólares, solo tienen que pasar la prueba cada dos años.
La caída, además, se produjo como consecuencia de no gestionar adecuadamente el riesgo de tipo de interés y de unas fugas aceleradas de depósitos. El riesgo de tipos de interés no se examinaba en las pruebas de resistencia, pero por primera vez se ha hecho un ejercicio exploratorio al respecto. Así, la Reserva Federal ha medido la resistencia de las carteras de negociación de los mayores bancos, poniéndolas a prueba frente a mayores presiones inflacionistas y subidas de los tipos de interés.
Este ejercicio no se ha realizado para exigir más capital a los bancos sino, según la Reserva Federal, “para comprender mejor los riesgos de sus actividades de negociación y evaluar la posibilidad de someter a los bancos a múltiples pruebas en el futuro”. Los resultados mostraron que las carteras de negociación de los bancos más grandes eran resistentes a la subida de tipos probada, según el supervisor
Las pruebas de resistencia son una herramienta para ayudar a garantizar que los grandes bancos puedan sostener y dar crédito a la economía durante las recesiones económicas. La prueba evalúa la resistencia de los grandes bancos mediante la estimación de sus niveles de capital, pérdidas, ingresos y gastos en una hipotética recesión y crisis del mercado financiero, utilizando los datos de los bancos a finales del año pasado. Los resultados individuales de la prueba de resistencia influyen directamente en los requisitos de capital de los bancos, obligándoles a mantener capital suficiente para sobrevivir a una recesión grave y a una perturbación de los mercados financieros. Si un banco no se mantiene por encima de sus requisitos de capital, está sujeto a restricciones automáticas sobre las distribuciones de capital y los pagos discrecionales de bonificaciones.
Los 23 bancos analizados se mantendrían por encima de sus requisitos mínimos de capital durante la hipotética recesión severa. En el periodo analizado (nueve trimestres desde el primero de 2023 hasta el primero de 2025) las entidades tendrían unas pérdidas brutas acumuladas totales de 541.000 millones de dólares en préstamos y otras posiciones de riesgo, según los resultados del ejercicio. Como en ese plazo generarían a la vez un resultado antes de provisiones y deterioros cercano a los 350.000 millones, finalmente tendrían unas pérdidas antes de impuestos por importe de 190.000 millones de dólares, según las pruebas. En esas situaciones de tensión, se prevé que el coeficiente de capital principal, que proporciona un colchón frente a las pérdidas, disminuya en 2,3 puntos porcentuales, hasta un mínimo del 10,1%.
El escenario de este año, casi catastrófico, incluía una grave recesión mundial con un descenso del 40% de los precios de los inmuebles comerciales, un aumento sustancial de las oficinas desocupadas y un descenso del 38% de los precios de la vivienda. La tasa de desempleo aumentaría en 6,4 puntos porcentuales hasta un máximo del 10% y la producción económica disminuiría proporcionalmente, según las pruebas
Las entidades incluidas en la prueba de este año poseen aproximadamente el 20% de los préstamos inmobiliarios comerciales para oficinas y zonas céntricas en manos de los bancos. La gran caída prevista de los precios de los inmuebles comerciales, combinada con el aumento sustancial de la desocupación de oficinas, contribuye a que las tasas de pérdidas previstas en los inmuebles de oficinas tripliquen aproximadamente los niveles alcanzados durante la crisis financiera de 2008.
Los 541.000 millones de dólares de pérdidas totales previstas incluyen más de 100.000 millones en pérdidas de préstamos para inmuebles comerciales e hipotecas residenciales, y 120.000 millones en pérdidas de tarjetas de crédito, ambas superiores a las pérdidas previstas en la prueba del año pasado. El descenso agregado de 2,3 puntos porcentuales del capital es ligeramente inferior al descenso de 2,7 puntos porcentuales de la prueba del año pasado, pero es comparable a los descensos previstos en la prueba de resistencia de los últimos años.