Se trata de un primer pedido que se enmarca dentro de un acuerdo marco alcanzado con la OTAN para suministrar estos equipos en el que participa la empresa española, junto a otras compañías. El contrato global ascendería a 22 millones. El C295 es un avión de transporte táctico y su empleo resulta clave para transportar tropas y material de forma rápida a cualquier punto del planeta. Esta aeronave complementa las capacidades de aeronaves de transporte pesado como el A400M, pero para que un avión de estas características pueda operar en zonas de conflicto necesita disponer de equipamiento de defensa electrónica de vanguardia frente a los sistemas de vigilancia y armamento que utiliza el adversario, remarca la tecnológica española.
Por este motivo, el Ejército del Aire y del Espacio ha confiado a Indra la sustitución de la solución actualmente en uso, que la propia compañía implantó en estos aviones cuando entraron en servicio por primera vez, por el sistema ALR-400, más avanzado y moderno. Es el mismo sistema que ya utilizan el resto de helicópteros, aviones de transporte y cazas del Ministerio de Defensa, con la sola excepción del Eurofighter, que incorpora el DASS Praetorian en cuyo desarrollo también participa Indra.
Además de detectar amenazas, el ALR-400 es capaz de orientar sobre la posición del emisor y el tipo de aeronave o radar del que proviene la señal, comparándola con la librería de inteligencia que emplea. Está preparado para procesar formas de ondas complejas. También consigue desenmascarar señales débiles que se pueden ocultar tras transmisores más potentes o cercanas y puede trabajar en ambientes fuertemente saturados. En caso de que el avión sea atacado con misiles de guiado electromagnético, el sistema los detecta y activa las contramedidas necesarias para neutralizarlos.
El ALR-400 actúa en este sentido, además de como alertador radar, como el cerebro encargado de la coordinación de la suite completa de autoprotección de la aeronave, ofreciendo dentro del mismo equipo la capacidad de gestión del sistema de guerra electrónica y controlando tanto los alertadores ópticos de misil y alertadores láser de misil, como los dispensadores de chaff y bengalas que se utilizan como señuelos. Además, ofrece capacidades de crecimiento para integrar otros sistemas de alerta como indicadores de fuego hostil, contramedidas infrarrojas dirigidas de última generación e incluso contramedidas electrónicas radar de perturbación y engaño. El sistema ha sido diseñado para cubrir todo tipo de misiones, ya sean de baja cota y rango cercano hasta las de mayor altitud y distancia de encuentro.