Lo ha hecho lanzando el contrato para redactar los proyectos de la nueva estación de cercanías de Fuencarral-Malmea, infraestructura que dará servicio a los futuros vecinos de este ámbito urbanístico anteriormente conocido como Operación Chamartín. En los alrededores de la instalación se situará la mayor parte del suelo residencial del ámbito, lo que la convertirá desde el primer día en un punto estratégico para la movilidad de sus futuros vecinos.
Adif lanza este contrato apenas unos días después de dar a conocer sus planes para la nueva estación de Imperial, situada en el distrito de Arganzuela. Ambas actuaciones forman parte del plan de mejora de la red de Cercanías Madrid, que contempla la extensión de la red hasta Soto del Real, la reforma de buena parte de las estaciones o la mejora de los sistemas de gestión de la red para garantizar su fluidez y evitar las continuas incidencias en el servicio.
La futura estación de Fuencarral-Malmea forma parte de los acuerdos firmados entre Adif y Distrito Castellana Norte, la empresa promotora de la reforma del ámbito, que todavía sigue sin mover un solo metro de tierra a falta de que se firme la venta de los terrenos. El apeadero se situará 900 metros al sur de la actual estación de Fuencarral, en la que hoy paran los trenes de la línea C-4 de Cercanías, y que será derruida. Tendrá cuatro vías y dos andenes de 200 metros de longitud que permitirán transbordar a otro tren sin tener que cambiar de andén.
El proyecto también contempla actuaciones como la remodelación del esquema de vías del corredor de Fuencarral, la renovación de la infraestructura, la desaparición de parte de los edificios que pierdan su uso actual (como naves de taller) o el encaje de un aparcamiento subterráneo bajo la misma. Este tendrá 400 plazas de capacidad y tres niveles de profundidad.
Todas estas actuaciones deberán ser licitadas por Adif en el futuro, que asume un plazo de tres años para redactar los proyectos necesarios y otros dos ejecutar la obra. Esto lleva el inicio de la construcción al año 2027, como pronto, y su finalización en 2029, cuando a partir de entonces podría entrar en servicio, una vez reciba el visto bueno de las distintas autoridades de seguridad ferroviaria.
La operación Madrid Nuevo Norte tendrá como columna vertebral la estación de Chamartín, en torno a la cual se situarán la mayor parte de oficinas y torres de gran altura. Para adaptarla a la nueva movilidad y al incremento de tráficos como consecuencia de la liberalización del sector ferroviario, Adif está procediendo a su remodelación, ampliando las vías destinadas a alta velocidad y extendiendo los espacios.
En los últimos meses se ha recuperado el antiguo vestíbulo para dar servicio a los trenes de Cercanías y se ha anunciado el interés de desarrollar una nueva cabecera norte que permita contar con una terminal de salidas y otra de llegadas. Con el objetivo de aprovechar los suelos ferroviarios que se liberen y haciendo uso del importante número de descampados y terrenos actualmente en desuso se levantarán más de 10.000 viviendas.
El proyecto de los socios de Madrid Nuevo Norte acordado con Adif contempla, además, una segunda estación ferroviaria denominada inicialmente como «Fuencarral Norte». Ni esta ni su homóloga de Malmea estarían conectadas con la línea de Metro que prometió la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso, ya que las paradas del suburbano se quedarían a 250 metros de los apeaderos de Cercanías. Con tan sólo tres paradas, esta nueva línea, que estará automatizada, requerirá de transbordo en Chamartín para que los viajeros continúen sus rutas a cualquier otro punto más al sur de la ciudad.