La previsión de S&P Global supone una revisión al alza para el crecimiento esperado en España, ya que en su anterior publicación de junio estimaba una mejora del PIB del país del 1,6% este año y del 1,3% en 2024. De esta manera, España se ubicaría como el país con mayor crecimiento de la eurozona, ya que para el conjunto del territorio la agencia estima un crecimiento del PIB del 0,6% este año y del 0,9% el siguiente, para dar paso a dos ejercicios con un alza del 1,5%.
El escenario base sobre el que descansan estas proyecciones asume que «no se producirán nuevos shocks externos, especialmente en términos de geopolítica, comercio exterior y precios de las materias primas». También espera que «el mercado laboral se mantenga bastante resistente y que las tasas de política del Banco Central Europeo (BCE) se mantengan sin cambios hasta la segunda mitad del próximo año».
Según estas previsiones, la única de las principales economías europeas que cerraría el presente curso en contracción sería la alemana, con una caída esperada del 0,2%, que daría paso a una subida del 0,6% en 2024 y del 1,4% los dos años posteriores. «Hemos revisado a la baja nuestras previsiones de crecimiento para 2023 y 2024 en países muy dependientes del comercio exterior y donde el mercado inmobiliario interno se está corrigiendo rápidamente, como Alemania y Países Bajos. Hemos revisado al alza nuestras previsiones de crecimiento, en particular para 2023, para los países donde la desinflación es más rápida y el mercado laboral es más resiliente de lo que esperábamos, como España y Bélgica», destaca la agencia.
En lo relativo a los precios, S&P ha revisado «notablemente a la baja» la previsión de inflación de la eurozona, del 5,8% al 5,6%, «debido a una caída más rápida de lo esperado de los precios de la energía en el segundo trimestre, aunque de manera desigual entre países». «Sin embargo, la desinflación dista mucho de ser uniforme en toda la zona del euro. España lidera el proceso de desinflación. Estas diferencias no se deben sólo al precio de las energías nacionales y a las medidas gubernamentales para proteger al consumidor. También provienen del mercado laboral, donde los costes laborales unitarios aumentan menos en España que en Alemania».
La firma espera que el IPC de España cierre el año en el 3,5%, para caer de manera progresiva hasta el 2,6% en 2024 y al 1,9% en 2025 y 2026. «Dado que la inflación se mantendrá por encima del objetivo durante otros dos años, creemos que la política monetaria del BCE podría seguir normalizándose una vez que los tipos hayan alcanzado su punto máximo. Esto incluye reducir el exceso de reservas depositadas por los bancos en el BCE en el lado del pasivo, y reducir la cantidad de bonos en poder del BCE como parte de sus dos carteras de flexibilización cuantitativa en el lado de los activos de su balance».
Además, prevé que la tasa de desempleo de España se ubicará este año y el siguiente en el 12,1%, muy por encima de la media de la eurozona, que cerraría este año en el 6,4% y repuntaría al 6,5% en el siguiente.