En una auditoría posterior realizada por la Comisión Europea a España en 2022, se analizaron los hitos y objetivos asociados a los pagos… y se descubrieron movimientos preocupantes. De cinco objetivos analizados, dos presentaron problemas de subvencionabilidad y uno no fue cumplido satisfactoriamente, pese a que Bruselas les había dado luz verde.
Según su informe anual del 2022, hay una falta de eficacia en la aplicación del plan de auditoría de la Comisión. También señalan que los procedimientos no verifican si los objetivos cumplidos fueron revocados después de evaluar el pago, ni si las medidas respetan el principio de no sustitución del gasto presupuestario nacional ordinario.
Un caso destacado es el del objetivo 384, en el que la Agencia Tributaria española se comprometía a ejecutar un proyecto en 2021 para impulsar la transparencia informativa de las operaciones de empresas multinacionales. A pesar de la financiación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), el TCE destacó que esta acción ha sido un gasto presupuestario nacional ordinario desde 2017, interpretándolo como una sustitución de este gasto.
En esta misma línea, se detectó que objetivos evaluados como «cumplidos satisfactoriamente» en auditorías posteriores de la Comisión, fueron considerados por el TCE como «cumplidos insatisfactoriamente». Esta discrepancia pone en jaque la consistencia en la evaluación y seguimiento de los fondos del ejecutivo europeo.
La Comisión Europea se ha defendido, dejando claro que no comparte la opinión del TCE. Sobre los objetivos no subvencionables, ha indicado que el Reglamento del MRR no establece bases que respalden esta postura y recordó que gastos presupuestarios nacionales recurrentes pueden ser incluidos en los planes de recuperación y resiliencia si están debidamente justificados.
El informe anual del TCE también desvela errores en el gasto del presupuesto de la UE. Alerta sobre riesgos crecientes por necesidades de pago adicionales, originados por situaciones como la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania, y recomienda medidas para contrarrestar el impacto de una elevada inflación en el presupuesto de la UE.
Aunque los auditores consideran que las cuentas de la Unión del 2022 son de fiar, y sus operaciones de ingresos no tienen errores, si que opinan que los gastos del presupuesto de la UE, que alcanzaron un nivel de error del 4,2%, sufrieron un mayor nivel de equivocaciones. Consideran además que un 66% del gasto auditado era de alto riesgo.