La propuesta de Solís, más cercana a la posición que fijaron los Veintisiete a finales de septiembre, ha conseguido 52 votos a favor, 32 en contra (entre los que destacan los votos de los socialistas César Luena y Estrella Durá) y una abstención. Así las cosas, la propuesta de Solís contempla la aplicación de la norma Euro 7 dos años después —hasta 2027 para turismos y furgonetas y hasta 2029 para vehículos industriales y autobuses—. Esta propuesta mantiene las condiciones de prueba de la Euro 6 para evitar inversiones adicionales en motores de combustión, al tiempo que reduce los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) desde los 80 mg/km hasta los 60 mg/km que proponía la Comisión Europea. Por el contrario, la propuesta del grupo socialista contemplaba una reducción de estas emisiones hasta los 30 mg/km.
Con respecto a los vehículos pesados, la propuesta recoge una reducción del 60% de emisiones con respecto a Euro 6 y un periodo de ejecución de entre cuatro y cinco años.En cuanto a las baterías, «para mejorar la confianza del consumidor en el coche eléctrico buscamos establecer mejores rendimientos de baterías», asegura Solís. Así, deberán tener como mínimo un 75% de la capacidad original tras 10 años de uso en vehículos ligeros, y un 70% y 10 años para furgonetas.
Con respecto a las ruedas, la eurodiputada ha recordado que hay una regulación internacional en marcha que debería estar lista para 2026. Pero si esa regulación se estanca, el Parlamento pide a la Comisión Europea que establezca nuevos límites para junio de ese año 2026. Por último, la regulación sobre frenos propuesta por Solís incluye una mayor ambición para los límites a los frenos regenerativos de vehículos con motor eléctrico y pasa de 7 mg/km a 3 mg/km. Además, la regulación sobre frenos propuesta por Solís incluye una mayor ambición para los límites a los frenos regenerativos de vehículos con motor eléctrico y pasa de 7 mg/km a 3 mg/km.
Tras la votación de la comisión ENVI, el siguiente paso es que el proyecto se someta al pleno de la cámara, previsto para el próximo 9 de noviembre. Tras la votación en el Parlamento Europeo tendrá lugar la negociación entre la Comisión, el Parlamento y la Presidencia del Consejo con el objetivo de cerrar un texto definitivo. De hecho, será una de las últimas opciones para aprobar un texto menos restrictivo bajo la presidencia española del Consejo de la UE.
Los fabricantes, por su parte, reconocen a través de la patronal europea (Acea) que esta propuesta «refleja mejor» las preocupaciones de la industria en comparación con la de la Comisión Europea —más restrictiva—. No obstante, aseguran que esta propuesta «aún se queda corta en aspectos clave». Y es que el sector critica las elevadas inversiones que hay que hacer para cumplir con la norma Euro 7, más aún si se tiene en cuenta el desembolso que han de llevar a cabo en la electrificación. Y es que de cara a 2035 los únicos turismos que se podrán comercializar serán completamente eléctricos.
La industria automovilística asegura que la Euro 7 aportará «beneficios adicionales marginales», pero se lograrían mejoras mucho mayores en la calidad del aire «sustituyendo los vehículos más antiguos por modelos Euro 6 altamente eficientes».