En concreto, se trata de las plantas solares Cerrado Cabrera, El Primo Alemán, Hazas de los Sesenta y Los Gonzalez, propiedad de Encavis AG y desarrolladas por Statkraft y Texla, que cuentan con una capacidad instalada de 50 megavatios (MW) cada una.
Durante el periodo de noviembre de 2022 a julio de 2023, el equipo de ECA Biodiversidad ha documentado el avistamiento de un grupo de sisones en cuatro visitas independientes, con un máximo de 13 ejemplares vistos simultáneamente. El equipo de especialistas ha podido captar imágenes que reflejan la presencia de estos ejemplares alimentándose y descansando en el interior del área.
Según los técnicos de ECA Biodiversidad, se trata de un acontecimiento de gran envergadura, pues el sisón (Tetrax tetrax) es una de las aves más amenazadas de la península ibérica y de Europa. Es además una especie señera de la fauna española, cuya población ha experimentado un declive importante en los últimos años, descendiendo un 48% a nivel nacional, según último censo realizado en 2005 y 2016.
Con motivo de estos avistamientos, que arrojan una nueva perspectiva sobre la convivencia entre el sisón común y las plantas solares fotovoltaicas, se ha pronunciado también la Fundación Migres, entidad sin ánimo de lucro, de carácter científico y cultural, orientada a la conservación y mejora del patrimonio cultural. “No hay estudios concluyentes sobre el impacto de las plantas fotovoltaicas en la avifauna: la mayor parte de los mismos se refieren a centrales termosolares de concentración y no a plantas solares fotovoltaicas”, afirma en un informe realizado tras el descubrimiento de ECA Biodiversidad.
En este informe, la Fundación Migres apunta que las amenazas para el sisón provienen principalmente de la intensificación agraria y otros factores antrópicos. Añade que los hábitats óptimos para la reproducción del sisón son precisamente los agrosistemas basados en modelos de explotación de baja intensidad y de pastoreo en régimen extensivo. Sin embargo, este tipo de ave viene desde hace años amenazada por la intensificación de los cultivos, el uso excesivo de fitosanitarios, recogida temprana del cereal y el cambio de usos del suelo.
Ferrer, presidente de Migres, ornitólogo, ecólogo, biólogo y profesor de investigación en la estación biológica de Doñana, organismo científico dependiente del CSIC, subraya la tendencia ya expuesta por muchos investigadores de que “con el manejo adecuado y en la localización correcta, las plantas solares fotovoltaicas pueden ser diseñadas de manera que contribuyan al aumento local de la biodiversidad o que, incluso, sean relevantes en los planes de conservación de algunas especies amenazadas”.
Este hallazgo pone de manifiesto, por tanto, cómo este tipo de instalaciones pueden contribuir a proteger y recuperar esta especie.
Desde la propia Fundación Migres se apunta a que un diseño específico de actuaciones dentro de una planta fotovoltaica y su entorno consiguen un aumento significativo del sisón común, mediante el aumento y estabilización del biotopo, medidas que ofrezcan refugio a la fauna y realización de controles con pastoreo durante ciertas épocas del año. Por ejemplo -señalan- la selección y siembra de herbáceas autóctonas, así como la plantación de matorrales autóctonos, tanto bajo las placas solares como en zonas libres, proporcionan hábitats de cría y alimentación, favoreciendo la estabilidad de aves en situación vulnerable o en riesgo de extinción.
Así ha ocurrido en estas cuatro plantas sevillanas, ya que tanto las medidas ambientales impuestas por la Junta de Andalucía para corregir el efecto de las plantas, como las fomentadas por Texla y Stakraft -desarrolladores de estas instalaciones- han demostrado ser efectivas en la protección de la biodiversidad y están teniendo unos resultados favorables muy superiores a los previstos inicialmente.
Ceballos, responsable medioambiental de Texla, destaca la importancia de este descubrimiento que refuta la idea de que estas especies se están viendo relegadas o desplazadas por el impacto de la fotovoltaica: “El avistamiento de poblaciones de sisón en este entorno demuestra sin fisuras que es posible armonizar la producción de energía renovable con la protección y mejora de nuestra biodiversidad, siendo una clara señal de que administraciones y empresas implicadas estamos en el camino correcto”.
La presencia del sisón en las plantas fotovoltaicas de Andalucía invita a reflexionar sobre la convivencia armónica entre el desarrollo tecnológico y la conservación de la biodiversidad. A menudo, se perciben las infraestructuras energéticas como amenazas para el medio ambiente, pero este hallazgo demuestra que, con un diseño y gestión adecuados, pueden convertirse en aliados de la conservación.