La presidenta de GasINDUSTRIAL, Rivière, alertó ante la caída del consumo de gas de la industria que se viene manteniendo en niveles un 20% por debajo de las cifras habituales sin que se atisben cambios de tendencia. Esta realidad refleja una pérdida de competitividad de la industria española mientras que sus competidores europeos, mejor protegidos por sus respectivos gobiernos, gozan de medidas de mayor calado e importe y que les llegaron además mucho antes.
Para Rivière, esto coloca a la industria gasintensiva española en clara desventaja competitiva con sus homólogos europeos y alertó de que existen ya situaciones claras de deslocalización de la producción. La presidenta de GasINDUSTRIAL hizo un llamamiento a implementar con urgencia nuevas medidas en línea con las del resto de economías europeas, afirmando que “de lo contrario nuestras industrias no recuperarán la competitividad perdida. Es imposible mantener la competitividad cuando las medidas aplicadas en España suponen importes muy inferiores a los de nuestra competencia y llegan un año más tarde”.
Este 2023 se ha caracterizado por una levísima recuperación de la demanda de gas industrial aún muy alejada de los niveles normales. Desde febrero la caída de consumo de gas en la industria se ha estabilizado en el 20% en referencia a un año de consumo tipo medio habitual, una realidad que evidencia las enormes dificultades que atraviesa la industria gasintensiva española y que puede provocar deslocalizaciones de producción. La falta de competitividad desplaza la producción nacional, aumenta las importaciones y reduce pedidos que van hacia países con costes energéticos más competitivos.
Para Rivière, “hay un enfriamiento real de la economía y lo más preocupante en este difícil panorama es que España se queda a la cola de los impulsos a las industrias nacionales mientras en el resto de Europa los industriales reciben más ayudas, de mayor importe y con mucha más celeridad”.
Rivière mostró su preocupación por el complejo panorama y las señales de deslocalización y señaló que “la industria no puede seguir los tiempos de la política, es economía real y en la economía real la competitividad se deteriora sin entender de plazos ni de condicionamientos administrativos. España necesita que su industria pueda seguir produciendo y exportando, como motor económico del país, de generación de riqueza, empleo estable, innovación e inversión. Hago una llamada al futuro Gobierno de España para que tenga en cuenta lo mucho que la industria da al país y ponga las bases para revertir la pérdida de competitividad a la que se ha visto abocada y que la ha colocado en el furgón de cola de Europa. No pueden demorarse más los apoyos”.