Sería a través de una oferta pública de adquisición (opa) al precio de cinco euros por acción, lo que supone una prima del 27,7% respecto al precio de cierre de Talgo de la sesión de ayer, en 3,915 euros. Hoy, las acciones de Talgo se han disparado un 15% tras la vuelta a cotizar después de haber estado suspendidas de cotización durante media hora.
Durante años se ha venido especulando con la intención de tomar la puerta de salida del principal accionista, el fondo de capital riesgo Trilantic, presente en el capital desde 2006. La entidad controla Talgo a través de Pegaso Transportation International, tenedora del 40% de las acciones y en la que Trilantic cuenta con el 63% del capital, por el 20% que atesora la familia fundadora Oriol, como principales partícipes. La familia Torrente Blasco es dueña del 5,03% de Talgo a través de la instrumental Torrblas, y la aseguradora Santa Lucía bajó su paquete el pasado mes de febrero a un 2,86%. Entre los miembros del consejo se reparte otro 3,5% de la empresa.
Detrás de la firma de private equity Trilantic está el abogado Francisco Javier Bañón Treviño, uno de los tres socios fundadores del grupo inversor y miembro del consejo de Talgo. Bañón tiene pasado en Lehman Brothers, del que fue nombrado alto directivo para Europa en 2004; también fue director de DB Capital Partners y Bankers Trust Private Equity Group, y desempeñó cargos de alta responsabilidad en IF Group o en Serpeska Group. En la actualidad dirige Pacha y Vertex Bioenergy.
Los otros dos socios fundadores de Trilantic son Vittorio Pignatti-Mrano, quien estuvo 21 años en Lehman y llegó a vicepresidente para Europa, y Joe Cohen, otro ex directivo del banco estadounidense. En el consejo de Talgo también cuida los intereses de Trilantic Javier Olascoaga, con pasado en el citado Lehman Brothers. Talgo es una de las inversiones del fondo, cuyos activos bajo gestión alcanzan los 2.300 millones.
La compañía ferroviaria ha lanzado un mensaje optimista al mercado aprovechando la presentación de sus cuentas esta semana. Talgo ha recibido nuevos pedidos por valor de 1.900 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone disparar a 4.200 millones de euros su cartera total de pedidos, un nuevo máximo histórico para la compañía. Algunos de sus productos, como el eje de ancho variable o el tren de alta velocidad Avril, ofrecen a la española una buena posición de mercado.
Del total de la cartera, el 50% corresponde al negocio de fabricación de trenes, el 46% a su mantenimiento (dentro del presupuesto en todos los mercados) y el restante 4% a reparaciones y otras partidas. Los tres principales datos que aporta en su balance trimestral son los relativos a los ingresos, que suben un 34%, hasta los 470 millones de euros; al Ebitda ajustado, que se incrementa un 68% hasta los 64,5 millones de euros, y el margen de rentabilidad, que pasa a ser del 13,7% desde el 10,9% anterior. En cuanto a las perspectivas para el conjunto del año fiscal 2023, Talgo espera mantener este margen en el 13%, frente a la previsión anterior del 12%, y ejecutar un 45% de la cartera de 2022 a lo largo de 2023 y 2024, en contraste con el 40% anterior.