La entidad señala que este ajuste cuantitativo global a gran escala será un contraste «sorprendente» con 2022, cuando las compras del BCE y el BoJ superaron, en términos absolutos, la disminución de las tenencias de activos de expansión cuantitativa de la Fed y el BoE. «El año pasado se produjeron otros 500.000 millones de dólares de endurecimiento cuantitativo global, después de 5 billones de en 2020 y 3 billones en 2021», agregan.
Además, este proceso aumentará la oferta de bonos del gobierno que los mercados deben absorber, en un momento en que el nuevo endeudamiento público «aún es grande».
«Los mercados de bonos de EEUU deberán asumir 2,1 billones adicionales en valores en el ejercicio financiero hasta fines de septiembre de 2023, dado el déficit fiscal proyectado de 1,4 billones y una reducción en las tenencias de bonos del Tesoro de alrededor de 700.000 millones», destacan. Sin embargo, el impacto en la oferta de bonos gubernamentales de la eurozona será «aún más dramático», ya que el endeudamiento de los gobiernos de la eurozona, en conjunto, ha sido menor que las compras de bonos del BCE en la mayoría de los años desde 2015, lo que ha resultado en una disminución de las tenencias del mercado. Pero en 2023, «el mercado deberá aumentar las participaciones en alrededor de 650.000 millones de euros». «El endurecimiento cuantitativo podría poner a prueba la resistencia del funcionamiento del mercado de bonos, que fue distorsionado por este endurecimiento», valoran.