La Reserva Federal dio un giro hacia los recortes de tipos, tanto en la retórica como en sus previsiones reales sobre los tipos de interés del “diagrama de puntos”. Por el contrario, tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Inglaterra se mostraron agresivos y se opusieron a las expectativas del mercado sobre los recortes de tipos, a pesar de las recientes noticias más bien negativas procedentes de Europa. Los mercados han celebrado el anuncio de la Fed, lo que ha llevado a una fuerte subida de las acciones, los bonos y casi todas las divisas (salvo el dólar).
El periodo vacacional y la baja actividad se cierne sobre los mercados. Las reuniones de los principales bancos centrales ya han quedado atrás, por lo que no habrá muchos datos relevantes. Los comunicados de los bancos centrales serán clave; por primera vez en mucho tiempo parece haber una sorprendente diferencia de perspectivas entre la Fed, por un lado, y los responsables de la política monetaria europeos, por otro. Esta divergencia va en dirección opuesta a la que existe entre los resultados económicos a ambos lados del Atlántico, ya que la economía estadounidense sigue creciendo mientras que la de la eurozona parece contraerse de nuevo. Además de obtener más claridad sobre este desconcertante contraste, esta semana se publicarán los datos de inflación del Reino Unido (miércoles) y de Estados Unidos (jueves).
EUR
El discurso de línea hawkish del BCE durante la reunión de diciembre no fue especialmente oportuno. Al día siguiente, los índices PMIs de actividad empresarial relativos a diciembre sorprendieron a la baja. Una lectura desalentadora que se adentra en niveles de contracción y que parece confirmar que la eurozona ha entrado en recesión técnica en el segundo semestre de 2023.
El euro cedió cerca de la mitad de las ganancias que había obtenido tras la reunión de la Fed al conocerse los datos. Independientemente de la retórica del BCE, pensamos que será difícil que la moneda común suba de forma convincente hasta que veamos un giro sostenido a mejor en el pesimismo en torno a la situación económica de la eurozona.
USD
El dólar oscila impulsado por dos fuerzas opuestas: el aparente giro moderado de la Reserva Federal y la fortaleza relativa y absoluta de la economía estadounidense. Lo primero quedó en evidencia la semana pasada por un «diagrama de puntos» en el que la mediana de los miembros de la Fed aumentó de una a tres su expectativa de recortes de tipos de interés en 2024. Una serie de datos de segundo nivel, como las ventas minoristas y las solicitudes semanales al subsidio por desempleo, confirmaron lo segundo la semana pasada.
De momento, el giro a moderado de la Fed gana el pulso, aunque el dólar sigue siendo sensible a las malas noticias económicas en otros lugares, así como a cualquier signo de retroceso frente a las expectativas de recortes por parte de los miembros de la Fed.
GBP
La semana pasada, el Banco de Inglaterra nos sorprendió con un tono bastante agresivo. Tres de los nueve miembros del Comité de Política Monetaria votaron a favor de subir los tipos y no modificaron su orientación futura, lo que contrasta significativamente con los recortes de tipos previstos por los mercados.
Como resultado, la libra repuntó con fuerza y al día siguiente recibió un nuevo impulso frente al euro, gracias a unos datos del índice PMI sorprendentemente buenos. La fuerte mejora del subíndice relativo a los servicios sugiere que la economía británica está creciendo de nuevo y evitará una recesión, una tendencia opuesta a la de la eurozona. Un banco central agresivo y la mejora de la confianza económica deberían proporcionar un sólido apoyo a la libra en las próximas semanas.