Tras una filtración de los morados minutos antes a Diario Red -borrada al instante y posteriormente habilitada tras el anuncio público-, algo a lo que se está habituando la formación antes de grandes anuncios como sucedió con la ruptura con Sumar en el Congreso de los Diputados, la secretaria general de Podemos, Belarra, ha confirmado la posición de voto en los pasillos del Senado.
Allí está transcurriendo el superpleno de la jornada, que además de los decretos ha debatido el techo de gasto y la sostenibilidad presupuestaria, y del que aún queda pendiente someter a voto las enmiendas a la totalidad de la proposición de ley de amnistía presentadas por PP y Vox. Concretamente, Podemos ha arañado al PSOE un acuerdo para que se suspendan los desahucios hipotecarios durante cuatro años, hasta 2028. El texto legal deberá ser publicado en un periodo de menos de seis meses, o bien mediante una enmienda al decreto tramitado previamente como proyecto de ley, o bien con una iniciativa parlamentaria al margen.
Pese a que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, ha solicitado por la mañana el voto de todas las fuerzas, por encima de las siglas, Podemos ha insistido en catalogar de «recorte» la reforma de la ayuda de paro a mayores de 52 años. Desde Sumar afirman que pasar de un 125% en la base de cotización a un 100%, como anteriormente, es hacer un ajuste, algo que para Podemos supone rebajar la cuantía de la jubilación posterior hasta 40.000 euros en un plazo medio de 18 años de cobro. Los magentas, en añadido, justifican que esa sobrecotización se añadió para paliar un SMI bajo que ahora, con subidas progresivas, permitirá compensar el retorno al porcentaje previo.
La decisión de Podemos no hace más que agravar una crisis que lleva gestándose tras el cierre de las urnas de las generales en julio. Antes a cuenta de las listas y después por el reparto de portavocías y ministerios. A ello le siguió la marcha de los morados al Grupo Mixto, el anuncio de candidatura europea de Irene Montero en solitario, y el amago y posterior rechazo de la coalición para las elecciones de Galicia. Con este rechazo, los morados buscan reivindicarse como ala dura frente a PSOE y Sumar; como una izquierda realmente transformadora para apelar al voto progresista de cara a este ciclo electoral que se abre.