Los datos de inflación han vuelto a sorprender al alza, el crecimiento económico está repuntando en todo el mundo y los mercados laborales siguen muy tensos. En este contexto, sigue existiendo una clara posibilidad de que los tipos finales se mantengan en el 6%, y no sólo en Estados Unidos. Los mercados no se lo están tomando bien: los bonos y las acciones vuelven a caer a la par, y el dólar repunta gracias a las expectativas alcistas sobre los tipos de la Reserva Federal y a su condición de activo refugio. De hecho, la moneda estadounidense se apreció considerablemente frente a todas las divisas del G-10 y la mayoría de las principales divisas de los mercados emergentes. Los importantes datos económicos que se publicarán a lo largo de la semana (especialmente en la zona euro) serán los que centrarán la atención esta semana. Los índices PMI mundiales de actividad económica se publicarán el viernes (aunque no deberían variar mucho con respecto a las cifras preliminares ya publicadas); el día anterior se publicará el informe de inflación de la Eurozona correspondiente al mes de febrero -otra sorpresa al alza podría impulsar los precios del mercado de la tasa terminal de la zona euro más allá del nivel del 4%, que creemos que sigue siendo modesto teniendo en cuenta la tarea que tiene entre manos el BCE-. Esperamos que esto impulse de nuevo al euro hacia la parte alta del rango en el que se ha movido recientemente. EUR Los datos publicados la semana pasada en la Eurozona deberían despejar cualquier duda sobre el final del ciclo de subidas de tipos del BCE. Los índices PMI de actividad económica de febrero sorprendieron al alza y, en nuestra opinión, pusieron fin a cualquier posibilidad de recesión en la Eurozona. Además, el informe de inflación se reajustó al alza, tanto en su componente subyacente como en el general. Esta semana esperamos más de lo mismo, con un informe de precios que no mostrará, de nuevo, ningún signo de tendencia descendiente en la inflación subyacente. El BCE está señalando cada vez más la rigidez de este subíndice clave de la inflación como una de sus grandes preocupaciones y justificación para una retórica de línea hawkish, que esperamos ponga pronto un suelo bajo la moneda común.
USD
Los datos económicos de EE.UU. confirmaron que la economía sigue funcionando a pleno rendimiento. Los datos sobre el mercado inmobiliario y la confianza empresarial y del consumidor sorprendieron al alza. Y lo que es más importante, también lo hizo el indicador de inflación preferido de la Reserva Federal, que ha borrado cualquier signo de tendencia a la baja y parece estar repuntando. Esta semana no habrá muchos datos y los mercados estarán pendientes del próximo dato clave: el informe sobre el mercado laboral de febrero. Por ello, las intervenciones de los miembros de la Reserva Federal estarán en el punto de mira esta semana.
GBP
Los índices PMI de actividad empresarial han dado una gran sorpresa positiva, girando de nuevo directamente hacia la expansión y contradiciendo frontalmente la tesis de la recesión. Aunque la libra esterlina perdió terreno frente al dólar estadounidense -al igual que todas las demás divisas del G10- logró situarse cerca de los primeros puestos de la clasificación. La confianza en la libra esterlina es tan débil que resulta difícil saber quién puede ser el próximo en vender, aunque también se respira cierto optimismo en torno a las conversaciones para cerrar un nuevo acuerdo del Brexit con la Unión Europea. Esta semana no hay muchos acontecimientos en Reino Unido, por lo que es de esperar que la libra se mueva en función de lo que ocurra en el resto del mundo