El BCE reiteró la intención de mantener los tipos de interés en los niveles actuales tanto tiempo como sea necesario, y Christine Lagarde precisó que todavía es pronto para discutir sobre recortes de tipos. De hecho, Lagarde rehuyó hablar de un calendario y recordó que siguen una estrategia de «dependencia de los datos». En este sentido, la valoración de los últimos datos de precios fue positiva, pero, según señaló la propia Lagarde, se necesita avanzar más en el proceso desinflacionista en curso y, antes de mover ficha, el BCE quiere tener más confianza en la vuelta de la inflación al objetivo. Por su parte, los mercados reforzaron sus expectativas de recortes de tipos tras la reunión y, con un BCE que no luchó explícitamente contra lo cotizado por los inversores, reaccionaron asignando una probabilidad cercana al 90% para una primera bajada de 25 p. b. en abril (véase la Nota Breve).
Los inversores concluyen tras la reunión del BCE y los datos macro de EE. UU. que el entorno económico sigue siendo favorable. En el caso de la eurozona, reaccionaron a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE con bajadas de tipos a lo largo de la curva, enfocados en el mensaje de Lagarde de que la inflación subyacente muestra una senda descendente y varios indicadores de crecimiento salarial están ya descendiendo. Este movimiento post-BCE revirtió la tendencia previa en la semana, que terminó así con caídas en la rentabilidad de la deuda soberana y unos diferenciales de riesgo planos. También aumentó la convicción inversora en que la primera bajada de tipos del BCE será en abril, tal y como se desprende de la cotización de los futuros del mercado monetario. Este entorno siguió favoreciendo las ganancias en bolsa, con un Euro Stoxx 50 que alcanzó máximos desde el año 2000, y avances en los principales índices estadounidenses explicados, una semana más, por el buen desempeño de las grandes compañías tecnológicas. También la bolsa china ha registrado una buena semana, gracias a las medidas de soporte y apoyo públicas (prohibición de las ventas en corto, inyección de liquidez en el mercado y recorte en la ratio de reservas requeridas a los bancos). En cuanto al mercado de divisas, el dólar se aprecia ligeramente frente a sus principales pares ante la robustez de la economía estadounidense y la capacidad de maniobra que ello puede suponer para la Fed, con un euro que se había mantenido plano en la semana hasta la reunión del BCE, pero que se depreció tras esta. Por último, en el mercado de materias primas destaca el repunte del crudo, con el barril de Brent de referencia en Europa que sobrepasa los 80 dólares por las tensiones en el Mar Rojo, a pesar de que la demanda global continúa sorprendiendo a la baja, y la producción, en particular de países que no son de la OPEP, al alza.
La Fed querrá moderar las expectativas de los mercados financieros sobre los recortes de tipos en 2024. En su reunión del miércoles 31 creemos que la Reserva Federal mantendrá sin cambios los tipos de interés en el intervalo 5,25%-5,50% y que, posiblemente, ofrecerá algunas pistas sobre cómo pretende llevar a cabo el recorte de los tipos de interés en 2024. Los mercados financieros anticipan un total de 150 p. b. de recortes en los tipos de interés en el conjunto de 2024 y asignan una probabilidad en torno al 50% a que la primera bajada sea en marzo. Pensamos que la Fed querrá moderar esta expectativa (en cuanto a intensidad e incluso momento del inicio) y explicará que todavía no hay suficiente convicción de que la inflación se vaya a situar pronto y de forma sostenida en el 2%. En un contexto en el cual la actividad económica no da signos de moderación (el PIB creció un 0,8% intertrimestral en el 4T 2023 y el 2024 ha arrancado con buen pie, véase la sección de Economía internacional), el mercado laboral se mantiene tensionado y a la inflación le cuesta bajar del 3%, la Fed tiene argumentos para, al menos, ser prudente.