En Europa, los miembros del BCE valoraron positivamente el fuerte descenso de la inflación en 2023 y ven una actividad apática en este inicio de 2024. Sin embargo, también destacan la solidez del mercado laboral y la baja productividad, por lo que se mantienen cautos sobre la evolución de los salarios y las presiones de precios internas. Del mismo modo, aunque las actas indican una mejora en el balance de riesgos sobre la inflación, también reiteran que la incertidumbre es elevada y el retorno al 2% es todavía «frágil». Así, el BCE aprovechó las actas para mandar un mensaje de «continuidad, cautela y paciencia» con la evolución de su política monetaria.
Por su parte, en la Fed, la mayoría de los miembros se mostraron satisfechos con los últimos datos de inflación, si bien consideran que hay riesgos al alza, dado el dinamismo que sigue mostrando la economía. En este sentido, existe un consenso generalizado dentro del FOMC en mantenerse prudentes y no relajar la política monetaria antes de tiempo. En cuanto al proceso de quantitative tightening, las actas confirmaron que será en la siguiente reunión, en marzo, cuando empezarán a discutir sobre cómo seguir reduciendo el balance de la Reserva Federal. Con todo ello, los mercados financieros terminaron la semana apuntando a las reuniones de junio para un primer recorte de tipos de 25 p. b. a ambos lados del Atlántico.
Miradas puestas en las actas de los bancos centrales y los resultados de empresas relacionados con la inteligencia artificial. Semana de baja volatilidad en los mercados y sin grandes movimientos a falta de referencias macroeconómicas relevantes. La renta variable en EE. UU. y en la eurozona estuvo a la expectativa de los resultados de Nvidia, el gigante tecnológico fabricante de unidades de procesamiento y chips. La compañía no defraudó y reportó un incremento del 580% en su beneficio respecto al año anterior gracias al auge de la inteligencia artificial, y con ello dio un impulso a los principales índices globales, que cerraron la semana con ganancias generalizadas, especialmente en el sector tecnológico. El mercado de acciones chino también experimentó un repunte tras las nuevas medidas anunciadas por las autoridades para dar apoyo a los mercados, y el Nikkei 225 alcanzó máximos históricos desde 1989, confirmando así su liderazgo global en lo que va de año. Por el lado de la renta fija soberana, la semana transcurrió en modo cauto a la espera de las actas de las últimas reuniones de la Fed y el BCE, que en general no arrojaron sorpresas y confirmaron el tono cauteloso de los bancos centrales con respecto al inicio de las bajadas de tipos. De hecho, los PMI de febrero, que confirmaron nuevamente la debilidad de la actividad europea y el dinamismo de la americana (véase la sección de Internacional), no tuvieron apenas efecto en los mercados. En consecuencia, se registraron subidas de las TIR en todos los tramos de la curva (tanto en la eurozona como en EE.UU.) y los mercados concentran sus expectativas de bajadas en junio, asignando una probabilidad del 100% en el caso del BCE y el del 78% para la Fed. Respecto a las materias primas, los precios del Brent continúan cotizando en el rango lateral de los 83 dólares por barril pendientes de la reunión de marzo de la OPEP en la que se decidirá si se prolongan, o no, los recortes voluntarios de producción en vigor. Por su parte, el precio de referencia de gas natural europea cae una semana más, cotizando ya cerca de los 23 euros/MWh ante un invierno inusualmente templado y unas reservas elevadas.