La CNMC y la CRE —la Commission de Régulation de l’énergie, el regulador francés del mercado eléctrico— han calculado que el coste de construir esta conexión eléctrica será 2.850 millones, a lo que se sumará un margen de riesgo de 250 millones. Esta tasación excede con mucho los 1.750 millones a los que se habían calculado los costes de realizar el proyecto en 2017.
Esto supondrá, según los cálculos de las autoridades de ambos países, un sobrecoste de 2.390 millones. Ambas autoridades han acordado que España asuma el 62,5% de este sobre precio a través de REE, el operador español del sistema eléctrico. Esto supone pagar cerca de 1.500 millones. Su homóloga francesa, RTE, aportará los casi 900 millones restantes. El proyecto recibirá además una subvención europea de 578 millones.
Hasta ahora, el pacto entre las partes pasaba por que Francia asumiese el 27% del coste del proyecto, por el 43% de España y el 30% aportado por la UE. Además, habían acordado que si el coste del proyecto se incrementase sería España quien asumiría el 100% del sobrecoste. Este último punto también ha cambiado. Si el coste del proyecto excede esos 2.850 millones, España y Francia lo afrontarán al 50%. La inflación ha disparado el coste de construir esta línea eléctrica, llamada Golfo de Vizcaya. Esto ha obligado a reconsiderar el acuerdo entre España y Francia para construir esta infraestructura. Los dos países han alcanzado tras semanas de negociaciones ahora un acuerdo.
Las previsiones pasan por que el proyecto entre en funcionamiento en 2028. Se trata de dos enlaces independientes, de 1.000 MW entre Cubnezais (Francia) y Gatica (España). Contempla aproximadamente 400 km, incluido un tramo marítimo de 300 km. Esto supondrá duplicar la capacidad de interconexión entre España y Francia de 2,8 GW a 5 GW.