Las subidas fueron generalizadas en el viejo continente donde el Ibex 35 destacaba al revalorizarse un 2,40% mientras que el Euro Stoxx 50 lo hizo en un 1,35%. Por su parte el S&P 500 se situó en territorio negativo en los últimos compases de la sesión cerrando finalmente con una caída de un -0,26% mientras que el Nasdaq 100 lo hacía en un -2,76%. Nvidia se dejaba un 5,6% en la última sesión de la semana, a la par que experimentaba un significativo repunte de la volatilidad.
Respecto a los mercados de renta fija, la tendencia fue generalizada en los principales mercados desarrollados, donde se vieron recortes en las rentabilidades de los bonos soberanos. Los activos de referencia a 10 años cedieron respectivamente 9 puntos básicos en Estados Unidos, 14 p.b. en Alemania y 24 p.b en España.
El porqué de las diferencias en el comportamiento de las bolsas y en los bonos, se produjo en el tramo final de la sesión del viernes. Se confirmaba la buena salud del mercado laboral estadounidense que creó 275.000 puestos de trabajo frente a los 198.000 estimados por el mercado, pero con referencias positivas para la macro, por un lado, la tasa de paro se incrementó desde el 3,7% hasta el 3,9% y por otro el incremento salarial se quedó una décima por debajo de lo esperado.
La otra referencia importante de la semana pasada la tuvimos en las comparecencias de los máximos responsables de la política monetaria. Desde la FED, Jerome Powell, en su comparecencia ante el congreso, transmitía un mensaje tranquilizador en cuanto a la evolución de la inflación que provocaba el inicio de las bajadas de las rentabilidades de la deuda estadounidense, así como del USD que cedía hasta la zona de 1,0950.
Por su parte, Christine Lagarde del BCE, tras rebajar las estimaciones tanto de crecimiento económico como de inflación de la zona euro para 2024 y 2025, dejaba entrever un panorama más propicio para recortes de tipos de interés, que en estos momentos el mercado descuenta para el mes de junio en línea con lo que hará la FED.
Hoy conoceremos el dato del IPC en EE.UU. del mes de febrero, la referencia macroeconómica más importante de la semana a nivel macro. El mercado está descontando un dato sin cambios en el 3,1% mientras que la inflación subyacente se espera que corrija dos décimas hasta el 3,7%. De confirmase estas previsiones podríamos ver bajadas adicionales en las rentabilidades de los bonos.
El jueves se publicará el dato del PPI que debería refrendar la estimación del IPC. El otro foco de atención para los inversores estará en el dato de ventas minoristas estadounidense, que también se conocerá el jueves, para el que se espera una cierta recuperación, crecerá un +0,8% intermensual desde una caída del -0,8% del mes de enero.
Hay que destacar también el muy buen comportamiento del precio del oro impulsado por las perspectivas de bajadas de tipos de interés, y que conseguía superar a lo largo de la semana la barrera de los 2.075$/oz, para establecer un nuevo máximo histórico el pasado viernes en 2.195$/oz.
Por su parte, el petróleo cedía un 1,75% en la semana, de momento no puede con la resistencia de los 84$/b lo que es una buena señal de cara a hacer bajar la inflación global al 2%, nivel deseado por los bancos centrales para dar por finalizado el periodo inflacionario iniciado en 2021. A este respecto, estaremos muy atentos a lo que nos digan los informes que presentarán esta semana tanto la OPEP+ como la AIE respecto a las estimaciones mundiales de demanda de crudo, dentro de un contexto complejo por la situación en el Mar Rojo, la incertidumbre económica en China o los conflictos bélicos en Ucrania y Gaza.