La novela está dividida en tres partes y el lector no puede desanimarse con las dos primeras, ya que adquirirán todo su sentido en la tercera, aunque Nesbo desconcertará hasta la última línea del libro. El protagonista es Richard que en la primera parte se presenta como un niño que vive con unos padres de acogida, acostumbrado a la ciudad y que ahora vive en un pueblo pequeño. No acaba de tener amigos y a los pocos que tiene, dos en concreto, sufren unos accidentes peculiares: uno es absorbido por un teléfono, el otro se convierte en un insecto y ambos desaparecen. Aunque al principio nadie le cree, acaban por reconocer que no ha sido un invento del niño, cuando en un terrible incendio en una casa teóricamente abandonada un árbol está a punto de engullirle. En la segunda parte encontraremos a los mismos personajes ya de adultos y en la tercera se desvelará todo y se entenderá la historia.
Es un ejercicio de imaginación capaz de mantener en tensión al lector, siempre que no olvide que está leyendo la novela de un escritor que sabe siempre arrastrar a los lectores a ambientes y soluciones insospechadas.
No gustará a muchos a no ser que la acaben y entonces no dejarán de valorarla.
La casa de la noche
Jo Nesbo
Traducción: Lotte Katrine Tollefsen