Así, poco después de que la presidenta interina Elena Sánchez, con apoyo de los consejeros del PP y uno de Unidas Podemos (procedente de IU), cesara a José Pablo López, hasta ahora director de Contenidos Generales en RTVE, el Consejo ha votado, a propuesta del PSOE, la destitución de la presidenta interina.
Todo el mundo sabía que este Consejo era el más tenso en los últimos años. Desde hacía semanas el pulso entre los dos directivos se habían enfrentado como consecuencia del famoso y ordenado desde Moncloa fichaje de David Broncano y La Resistencia,
El destituido López tuvo el máximo empeño en el fichaje de Broncano y su programa, con el objetivo de competir contra El Hormiguero, muy crítico con el Gobierno. El exdirector apoyaba las pretensiones de El Terrat y Encofrados Encofrasa, que realizan La Resistencia, de firmar un contrato cerrado de tres años, con un coste de 42 millones de euros, algo a lo que se negaba Elena Sánchez y parte del Consejo, que proponían un año de contrato ligado a la audiencia, que es como se suelen firmar este tipo de acuerdos.
Como se sabe, Elena Sánchez era presidenta interina de RTVE por designación del Consejo de Ministros, presidido por Sánchez. Aun así, ha votado en conciencia contra el citado fichaje y ha propuesto la destitución de José Pablo López. En ese momento, los propios consejeros del PSOE han propuesto la destitución de Elena Sánchez, cosa que se ha llevado a votación, en la que se han conseguido los votos necesarios para apartarla del cargo. Así, la representación del PSOE en el Consejo de Administración de RTVE le han retirado la confianza como presidenta interina y aún se valora si Elena Sánchez permanecerá o no como consejera.
Alegría, portavoz del Gobierno, era preguntada por este asunto en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. «Estamos conociendo con preocupación las informaciones y las filtraciones de lo sucedido en el Consejo de Administración, pero no podremos analizar lo sucedido hasta que termine el Consejo. Lo fundamental es preservar la independencia de RTVE como servicio público de calidad que es».
Obviamente el adoctrinamiento es tan claro que no tardaremos jucho tiempo en ver un nuevo presidente en RTVE y al deseado Broncano dirigiendo un programa en la televisión pública, sirviendo los intereses de Moncloa y cobrando un dineral. Esa y no otra es la neutralidad que reclama la portavoz de un gobierno sectario incapaz de dejar ni una migaja para los que no piensan como ellos.