El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias y su homóloga destinada a gestionar las vías de alta velocidad cerraron así el ejercicio de mayor producción y actividad de su historia, fruto del esfuerzo inversor del Estado y de la progresiva ejecución de actuaciones vinculadas a los fondos europeos. Con las últimas inauguraciones, la red ferroviaria española supera los 15.600 kilómetros en servicio, de los cuales más de 4.000 son de alta velocidad.
Las obras acometidas en las vías por las que circulan los trenes de Cercanías, Regionales, Media Distancia y Mercancías equivalen a 1,7 veces lo ejecutado el año anterior. Se completan con otro hito: 600,6 millones dedicados al mantenimiento de la red, el mayor presupuesto de la historia de Adif y un 13,2% más que en 2022.
Estos valores contrarrestan las críticas suscitadas a la supuesta falta de mantenimiento de las vías convencionales, después de que en otoño se sucedieran las incidencias en las redes de Cercanías de Madrid o Cataluña, así como en enclaves sensibles como las estaciones de Chamartín o Atocha. De su lado, para la conservación de la infraestructura de alta velocidad se destinaron otros 373,7 millones de euros, lo que eleva la cifra global de inversión en estas labores de prevención y reparación hasta los 974,3 millones de euros (IVA excluido), un 8,7% más que en el ejercicio precedente.
De los 1.429,8 millones destinados a nuevas actuaciones en la red convencional, 548,5 millones de euros se destinaron a la ejecución de obras en importantes corredores que se están transformando para ofrecer mejores tiempos de viaje a los viajeros o aumentar los tráficos de mercancías. Es el caso de las líneas Huesca-Canfranc; la renovación de las líneas que unen Zafra (Badajoz) con Huelva y Los Rosales (Sevilla); el trazado entre Soria y Torralba; el acceso al Bajo de la Cabezuela o la variante de Valladolid para retirar tráficos del centro de la ciudad.
A ello hay que sumar actuaciones en dos rutas fundamentales para mejorar las conexiones ferroviarias con Portugal, como son la Mérida-Puertollano, clave en los tráficos entre el Mediterráneo y el Atlántico; o el tramo que une Medina del Campo con Salamanca y Fuentes de Oñoro, que forma parte del Corredor Atlántico tanto para pasajeros como para mercancías.
A las redes de Cercanías, las más utilizadas y sensibles por su carácter diario, y que más críticas han levantado por las sonadas incidencias en los principales núcleos, se destinaron 764,8 millones de euros. Por su parte, a las mercancías, para las que Adif tiene en marcha actuaciones para convertir determinados corredores en las llamadas «autopistas ferroviarias» se destinaron 131 millones.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias también destinó 224 millones adicionales a planes transversales, mejora de estaciones e instalaciones de seguridad, actuaciones en infraestructuras, telecomunicaciones o compra de material rodante que se dedicará al mantenimiento de la red
En la red de alta velocidad, la mayor parte de los 1.577,2 millones destinados a la construcción de nuevas líneas, la inversión es acaparada por los corredores Murcia-Almería -que forma parte del Corredor Mediterráneo-; la ruta Madrid-Extremadura, cuyo tramo extremeño fue electrificado a finales de año; y la construcción de la Y Vasca para llevar los trenes rápidos hasta Vitoria, Bilbao, San Sebastián y la frontera francesa.
Al mismo tiempo, Adif AV ejecutó un montante de 380 millones de euros en sus líneas en explotación. La mayor parte de este volumen fue destinado a la línea Madrid-Sevilla, inaugurada en 1992 y que tras treinta años en explotación requería de sustanciales obras para adaptarse a los nuevos estándares y a la llegada de la competencia. También sigue adelante con la ejecución de la estación de La Sagrera (Barcelona), llamada a convertirse en la superestación de la ciudad condal, y cuyas obras están entrando en la última fase para su puesta en servicio. A todo ello hay que sumar actuaciones como las ejecutadas en las líneas Ourense – Monforte de Lemos – Lugo y en varios tramos del Corredor Mediterráneo, como la instalación de tercer carril entre Vilaseca y Castellbisbal, entre Valencia y Almussafes o la actualización del ferrocarril Central de Aragón que une Zaragoza, Teruel y Sagunto.